La lluvia obliga a dejar a la imagen titular en el templo mayor, donde la hermandad accedió de forma extraordinaria para celebrar el Jubileo de la Misericordia.
La Hermandad Penitencial del Santísimo Cristo del Espíritu Santo ha salido en procesión esta noche para subir a la Catedral, a cuyo interior ha accedido de forma extraordinaria para celebrar el Jubileo del Año de la Misericordia. El agua quiso respetar la salida procesional del Crucificado del arrabal, si bien en la Catedral la imagen hubo de ser resguardada en el templo mayor mientras los hermanos regresaban al templo de partida.
Puntuales, a las diez y media de la noche, las puertas de la iglesia abacial se abrían para que saliese el pendón que abre la procesión. Media hora antes los hermanos se congregaban en el huerto del Espíritu Santo mientras la directiva determinaba salir con total normalidad al ver que la lluvia remitía. Centenares de personas esperaban ya en las calles el paso de la hermandad, que este año ha recortado su itinerario para poder acceder al interior de la Catedral, donde se han vivido momentos de emoción y de fervor al amparo de las piedras, lejos de las miradas del público. Mientras los hermanos recorrían las naves de la seo, el órgano de la Catedral solemnizaba su paso. Después, cuando el Cristo hizo su aparición, fue el coro de la hermandad el que con sus voces arropó a la imagen en un momento histórico para la hermandad.
El sonido de las carracas, el tañido del gran campanil, el olor a incienso, la luz de los faroles y el redoble de los tambores han prestado su especial seña de identidad a la noche del Viernes de Dolores mientras los empedrados húmedos reflejaban la imagen de las túnicas blancas y de los faroles. Tras entrar por la Puerta Santa a la Catedral y recorrer sus naves, los hermanos han accedido al atrio para proceder al rezo después de la meditación.
Eran cerca de las doce cuando el Cristo del Espíritu Santo salía del interior del templo y se celebraba la proclamación del Evangelio. Posteriormente el Obispo de la Diócesis ha dado las gracias a los hermanos después de ganar la indulgencia plenaria y ha instado a los cofrades a permanecer en la fe. Acto seguido el coro ha procedido a la interpretaciòn del "Christus Factus Est" de Miguel Manzano.
Una vez finalizado el cántico la lluvia comenzaba a caer y se abrían los primeros paraguas mientras los hermanos abandonaban el atrio para dirigirse al templo de saida. Como el agua arreciaba, la directiva decidió resguardar al Crucificado en la Catedral mientras la procesión discurría hacia la iglesia del Espíritu Santo con sus elementos, como el campanil y el incensario, así como la cruz que cierra el cortejo.
Zamora cerraba así un Viernes de Dolores que deja muchas estampas para el recuerdo, como la soledad de los cofrades entra las naves de la Catedral, el paso del Cristo bajo sus bóvedas o el retorno sin la imagen titular, que duerme esta noche en el templo mayor de una ciudad que entrado de lleno en la Pasión después de vivir la primera de sus procesiones.
Galería de imágenes de Rafael Lorenzo