El Cristo de las Injurias sobrevuela las bóvedas de la Catedral

La Real Cofradía del Cristo de las Injurias ha descendido este mediodía la imagen del Crucificado desde el altar de su capilla hasta la mesa procesional en la que saldrá a las calles los próximos Miércoles y Viernes Santo en las procesiones del Silencio y del Santo Entierro.

Un año más se ha repetido la escena. La magnífica talla del Cristo de las Injurias ha sobrevolado las bóvedas de la Catedral. Mediante un complejo sistema de cuerdas y poleas, la imagen era descendida desde su altar hacia el suelo, donde los devotos han podido admirar su portentosa anatomía: el detalle de la espina clavada en su frente, los perfectos dientes, la encarnadura doliente de sus heridas, sus tres miradas de vida, agonía y muerte. En verdad es el Hijo de Dios.

Un vez en el suelo, la imagen -catalogada como una de las mejores del Renacimiento en España y de autor anónimo- ha sido elevada hacia la parte del trascoro catedralicio, donde ha sido colocada en la mesa procesional dorada desde donde abarca a la ciudad entera entre sus brazos abiertos.

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Fotos: Marcos Vicente

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