El Cristo de la Buena Muerte vuelve a envolver Zamora en silencio y devoción

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La Hermandad cumple 51 años en una noche marcada por la penitencia, el silencio, el canto de “Jerusalem Jerusalem” y una devoción que se transmite de generación en generación

Bajo el manto de la noche zamorana, el Lunes Santo se viste de recogimiento con una de las procesiones más sobrias y sobrecogedoras de la Semana Santa: la salida del Cristo de la Buena Muerte, organizado por la hermandad del mismo nombre, que este 2025 conmemora su 51º aniversario.

Las calles de la ciudad se transforman en un escenario de silencio, luz tenue y fervor, con epicentro en la Plaza del Palacio del Cordón, también conocida como Santa Lucía, donde el coro de la hermandad entona el sobrecogedor “Jerusalem Jerusalem”, uno de los momentos más esperados y emocionantes de toda la Semana de Pasión zamorana.


El Cristo de la Buena Muerte: penitencia y solemnidad

La imagen del Cristo de la Buena Muerte, símbolo del sacrificio y la redención, es el eje espiritual de una procesión que se ha consolidado como referente de la austeridad penitencial. Acompañado por más de un millar de hermanos en absoluto recogimiento, el paso avanza sin música, solo con el acompañamiento del murmullo de las oraciones y el crepitar de las teas encendidas.


Jerusalem, Jerusalem: emoción y respeto en Santa Lucía

Uno de los momentos cumbre de la noche se vive en la Plaza de Santa Lucía, cuando el coro de la hermandad entona el emblemático “Jerusalem Jerusalem”. El silencio se hace absoluto, y la atmósfera se transforma en un templo al aire libre donde el canto resuena con fuerza espiritual. Es el instante en el que Zamora se detiene para escuchar, sentir y conectar con lo sagrado.

 


Teas, estameñas y sandalias: el lenguaje de la fe

La estética de esta procesión es tan sobria como simbólica: teas encendidas, sandalias que pisan el suelo en señal de humildad, y estameñas blancas que cubren los cuerpos de los penitentes, tejidas con el hilo del compromiso y el silencio. Cada detalle está pensado para resaltar la espiritualidad y el respeto con el que se vive esta cita cada año.


Una procesión seri y respetuosa que trasciende

Lo que ocurre cada Lunes Santo en Zamora con el Cristo de la Buena Muerte va más allá de la tradición. Es una experiencia colectiva de introspección, una comunión silenciosa entre cofrades, fieles y espectadores. El respeto, la quietud y la atmósfera de recogimiento convierten esta procesión en un acto sagrado que permanece en la memoria y en el alma de la ciudad.


Una hermandad con legado

51 años después de su fundación, la Hermandad del Cristo de la Buena Muerte sigue siendo un referente de seriedad y espiritualidad. Con una puesta en escena impecable, esta cofradía demuestra que la esencia de la Semana Santa zamorana está en el equilibrio entre el rito, la fe y el silencio.