La provincia de Zamora se puede medir en kilómetros, monumentos o hectáreas de viñedos, pero detrás de esos números está la vida cotidiana de sus ciudadanos y el carácter único de su territorio. Las cifras ofrecen una visión clara sobre lo que hace especial a esta tierra.
Zamora cuenta con 10.561 kilómetros cuadrados de territorio, una de las provincias más grandes de España, pero su población es de apenas 167.000 habitantes, lo que refleja una densidad de solo 15 personas por kilómetro cuadrado. Más de un tercio de esta población reside en la capital, mientras que en algunos municipios apenas viven unas pocas decenas de vecinos.
El envejecimiento de la población es otro factor a tener en cuenta: la edad media supera los 51 años, situándola entre las más altas del país. Este dato se traduce en calles tranquilas y una creciente preocupación por la despoblación rural.
Zamora es conocida por albergar el mayor conjunto de iglesias románicas de Europa. En su casco antiguo se conservan 23 templos de este estilo, un récord que ha convertido a la ciudad en un referente del arte medieval. Además, en la provincia se encuentran 460 bienes inmuebles protegidos, entre los que destacan castillos, puentes y ermitas.
Uno de los símbolos de la capital, el Puente de Piedra, cuenta con 16 arcos que desde hace siglos cruzan el río Duero, uniendo la historia con la vida actual de la ciudad.
La naturaleza zamorana es uno de sus grandes tesoros. El Lago de Sanabria, el mayor glaciar de la península, se extiende por 368 hectáreas con una profundidad que alcanza los 53 metros. Junto con los Arribes del Duero, forman dos de los parques naturales más espectaculares de España, donde el turismo de naturaleza y el senderismo atraen cada vez más turistas.
La provincia también es hogar del lobo ibérico, cuya población más importante en Europa Occidental vive en la Sierra de la Culebra, un espacio protegido que abarca 67.340 hectáreas.
Zamora puede presumir de una fuerte conexión con su tierra. La Denominación de Origen Toro abarca más de 8.000 hectáreas de viñedos y es una de las más reconocidas a nivel nacional. Además, el queso zamorano, protegido también por su propia Denominación de Origen, es un emblema de la gastronomía zamorana.
Cada año, la Semana Santa zamorana no solo emociona a sus miles de fieles, sino que genera un impacto económico de más de 15 millones de euros, beneficiando al comercio, la hostelería y otros sectores.
Estos datos muestran una Zamora que guarda su esencia mientras busca nuevas formas de crecer. Sus monumentos, paisajes y productos son un reflejo del trabajo y el orgullo de quienes la habitan. Cada cifra es un pequeño fragmento de una historia que sigue escribiéndose, día tras día, por todos los zamoranos.
