El único taller de mosaicos de España lucha por su sitio en Zamora
En Zamora capital, la Asociación Cultural de Cerámica Musivaria ha dado un paso adelante en su reconocimiento oficial. Durante 24 años, este grupo de apasionados por el arte musivario ha trabajado en la creación de mosaicos con una técnica tradicional y meticulosa. Lo que comenzó como un taller dedicado a jubilados, ahora se ha consolidado como la primera y única asociación en toda España dedicada exclusivamente a esta disciplina.
La historia de este taller se remonta a la iniciativa de un maestro artesano con certificación oficial, quien, a lo largo de su trayectoria, implantó talleres de mosaico en distintos lugares de España. Tras su jubilación, decidió establecerse en Zamora y continuar con su pasión, formando a jubilados en este arte. Desde entonces, el grupo ha crecido y fortalecido su identidad hasta formalizarse como asociación.
Carlos García, secretario de la Asociación Zamorana de Mosaicos, explica: "Somos once ahora mismo, siempre hemos sido un grupo mixto. Ahora hay dos mujeres y el resto hombres. Nos encanta lo que hacemos, pero el sitio se nos va quedando pequeño". La sede de la asociación se encuentra en un edificio anexo a la Residencia de los Tres Árboles, un espacio cedido para desarrollar su labor.
El taller ha acogido a numerosos jubilados a lo largo de los años, ofreciendo una forma de expresión artística accesible y enriquecedora. Pilar Blanco y María Rosa Blanco, ambas jubiladas y amigas interesadas por este tipo de actividad, cuentan que se enteraron al pasarse un día y preguntar por los talleres del centro. "Lo luchamos mucho hasta que encontramos un hueco". Ahora, Pilar está a punto de exponer su segunda obra, un mosaico titulado 'Torero para Ángel', dedicado a su marido aficionado a la tauromaquia. Mientras que Rosa está con su primer trabajo.
Eduardo Martín, antiguo presidente de la asociación y pieza clave en su desarrollo, dedicó 24 años a este arte antes de retirarse del taller. "Ha sido una experiencia maravillosa. Tengo un icono en casa, precioso. Una Virgen maravillosa y el castillo de la Mota de Benavente", recuerda con orgullo.
El proceso de creación de un mosaico es complejo y requiere paciencia. Carlos Fernández, presidente de la asociación, describe la meticulosidad con la que trabajan: "Vemos lo que nos gusta, lo imprimimos y seleccionamos los colores de las piedras. Pero no usamos la parte visible, sino la interna, que se convierte en la tesela. Luego se pule y se le da forma para pegarlo". Los principiantes comienzan con el "sogeado", un diseño de raíces entrelazadas en dos colores, para luego avanzar a piezas más complejas, como marcos de espejos y recreaciones de cuadros o monumentos.
A pesar del valor cultural de su trabajo, la asociación lamenta la falta de reconocimiento institucional. "Zamora es una ciudad de arte y de románico, y sin embargo, ninguna institución se ha pasado a visitarnos. Nuestro trabajo forma parte del arte de Zamora y nadie lo aprecia", señala Carlos García con cierto pesar.
La Asociación Zamorana de Mosaicos no solo preserva una técnica artesanal milenaria, sino que también ofrece a los jubilados un espacio para la creatividad y la convivencia. Con la reciente formalización de la asociación, esperan que su arte gane visibilidad y que el reconocimiento que tanto merecen llegue pronto. En el mes de mayo expondrán sus obras en la Residencia de los Tres Árboles y esperan que su arte llegue a todas partes.