Lo que se esconde en las noches de Zamora

Cielo estrellado
Entre montañas y campos, las estrellas de Zamora cuentan historias que pocos conocen

En las noches despejadas de Zamora, lejos de las luces urbanas, el firmamento se despliega como un espectáculo oculto a simple vista. Para un pequeño grupo de aficionados, este cielo silencioso es el escenario perfecto para observar planetas, estrellas y galaxias, desde rincones remotos que convierten la provincia en un lugar inesperado para los amantes de la astronomía.

Las zonas rurales de Zamora, como la Sierra de la Culebra o los valles de Sayago, ofrecen una ventaja natural difícil de encontrar en otros lugares: una oscuridad casi total. Sin la contaminación lumínica que impide ver más allá de unas pocas estrellas en las ciudades, aquí el universo se presenta con una nitidez que sorprende incluso a los observadores más experimentados. Esto ha hecho que pequeños grupos y aficionados solitarios encuentren en estas tierras el espacio perfecto para desplegar sus telescopios.

Aunque no hay grandes instalaciones científicas, quienes buscan el firmamento en Zamora han sabido organizarse. La Asociación Zamorana de Astronomía realiza jornadas de observación abiertas al público en las que, armados con telescopios, guían a los interesados por las constelaciones y los planetas visibles. Estos encuentros permiten que cualquiera, con algo de curiosidad, experimente la inmensidad del universo de manera accesible.

Además de las actividades públicas, algunos aficionados han dado un paso más allá, instalando telescopios en sus propios jardines o terrenos. Estos pequeños observatorios caseros permiten seguir de cerca fenómenos astronómicos sin moverse de casa. Las imágenes capturadas desde estos puntos aislados han llegado a tener gran visibilidad entre la comunidad online, con apasionados que comparten sus descubrimientos y fotografías a través de las redes sociales.

El próximo gran evento astronómico será el eclipse solar de 2026, y muchos ya lo anticipan como una oportunidad única para observar un fenómeno que dejará su marca en la historia visual de la provincia. Mientras tanto, cada noche despejada ofrece la posibilidad de contemplar el cielo desde Zamora como en pocos lugares. Aquí, más que en la ciudad, el cielo parece al alcance de la mano.