La literatura infantil con sello zamorano que llega a medio mundo: "Está siendo una locura muy bonita"
No llega a la treintena y sin embargo sus espaldas cargan con asombrosa liviandad el peso de 14 libros y decenas de reediciones traducciones a sus espaldas. El sueño de Sandra Alonso, esta zamorana cargada de la misma vitalidad que le contagian los niños, comenzó en el instituto de la mano de un profesor que luchó "a contracorriente" y convirtió una ficción obligada en toda una pasión. La universidad se encargaría de hacer el resto y de unir dos dos grandes obsesiones: los libros y los niños.
Una auténtica obsesión a la que dedica cada hora de su ajetreado día. Desde que se levanta -momento en el que abre las puertas de su librería, en la que recibe cada día nuevas visitas de pequeños que sirven de auténtica fuente de inspiración para sus nuevos libros- buscar huecos para continuar escribiendo se convierte en todo un reto.
Tras años 'trasteando' en el mundo de la literatura infantil, Sandra decidió abrir un perfil en sus redes sociales en el que comenzó a publicar los cuentos que había escrito. "Empezó a subir un montón el número de seguidores y contactaron conmigo las editoriales. Fue muy rápido todo".
Hace ya siete años desde que ese mundo virtual en el que cuelga todo tipo de recomendaciones y en el que da cuenta de las últimas novedades tanto en el mundo de la literatura destinada a los más pequeños- le sirvió de plataforma de despegue. porque su dedicación y talento ya había llegado a oídos de editoriales, escritores y críticos. Su primera obra era un hecho sabido por todos en el mundillo.
Sería en 2018 cuando su primer hijo llegó en forma de libro y bajo un nombre tan dulce como "Abrazos de chocolate" y que le permitió vivir una presentación por todo lo alto" "Después de la presentación estuve dos horas firmando libros. Zamora se volcó y no me entraba en la cabeza cómo podía haber conseguido tanta atención".
Le seguirían otros como "Nunca dejes de brillar", "El increíble secreto de la pintura blanca" y "Serás lo que quieras ser", títulos que ya cuentan con sus propias versiones en taiwanés y rumano. "No hay semana que no haya novedad al respecto de una nueva traducción o nuevas ediciones porque se están vendiendo muy bien. Está siendo una locura muy bonita, pero una locura".
Y es que aún recuerda esta zamorana de 29 años como de pequeña leer no era, ni mucho menos, su pasatiempo preferido. Fue Miguel Merchán el profesor que "obró el milagro" y cambió la vida de Sandra para abrir sus ojos al mundo de la literatura: "Hizo que nos apasionara leer en 4º de la ESO". Quizá con su recuerdo en la cabeza fue lo que le impulsó a abrir en plena pandemia la librería "Mis cuentos infantiles".
Una pasión que le ha llevado a ser reconocida por su emprendimiento y apuesta en la ciudad de Zamora. Gracias a la apertura de su librería, dedicada a la literatura infantil y juvenil, Alonso ha recibido el premio Ciudad de Zamora en la categoría de emprendedor concedido por el Consejo Local de la Juventud.
Sus últimas obras son "¿Ha sido un pedo?" y "Un maravilloso día de lluvia". El primer título y último en salir al mercado parte de un tema "tan escatológico" pero que es algo fisiológico y natural y quizá sólo por el título ya llama la atención a los niños. Publicado por editorial El Pirata y con ilustraciones de Cristina Losantos, ha salido directamente en sus versiones en castellano, catalán e inglés, lo que le abre la puerta al mundo anglosajón: "Es ver el título y decir: me da igual lo que cuente, lo quiero", bromea.
Pero asegura que esta titulada en Educación Infantil y Educación Especial asegura que más allá de la broma inicial, lo importante es el mensaje que encierra y que trata de que los niños no se vean coartados por un acto natural "y que a todos nos pasa", es el "día a día en el aula", pero que sin embargo se enmarca en un contexto más privado. Las acciones de Flora guían la narración de la zamorana y con el que se sumerge en problemas que en algún momento pasan por la cabeza de los más pequeños.
Y no será sus últimas obras. Alonso ya tiene ideas en mente: "Lo que más me suele inspirar viene bien por anécdotas, por comentarios que hacen los niños en la librería... Muchas veces de primeras no tengo la idea de trabajar un mensaje determinado, sino que me va viniendo conforme lo escribo". Así, temas como la sobreprotección han dado forma a obras cuya finalidad inicial era puramente didáctica, como en "Pepito Cebolla". "Al final el propio texto te va guiando y dando las claves".