Jose Luís Novoa y familia, gente más grande que el día de la "matanza"
Desde el conocimiento de causa y sobre todo desde la hermandad que da un viaje de más de 3.200 kilómetros hasta Ucrania, las noches y los días se hacen mucho más que amenos con un hombre como Jose Luis. Camionero, empresario, piloto de autocross y hombre reinventor de historias además de las que provocan lágrimas y emociones a raudales, afirmo que es mucho más grande que el día de la "matanza".
Y nos referimos a la proeza realizada por esas carreteras de Dios y del diablo, donde las curvas estrechas y los pasos angostos, se abrían al talante y al enorme corazón de una familia que desde la cabina del camión alentaban a los que por detrás, nos hacíamos cruces de como habrían podido pasar por allí.
Merillán es el conductor búlgaro que reemplazaba a su jefe en los cambios obligatorios de tarjeta y de conducción para optimizar hasta las 21 horas sus tiempos de camino. Tras esas 21 horas, 9 de parada obligatoria para dormir. Este hombre nos ha llevado por las mejores rutas dentro de una frontera que tenía para nosotros un especial sentido, muy similar a Sanabria con atisbos de Arribes, o Sayago en parte y también de otras muchas comarcas zamoranas, los Cárpatos para los ucranianos. Zonas de tierra fértil de cultivo y también de alta montaña con nieve primavera a ambos lados de la carretera.
La humanidad se demuestra en este caso conduciendo, dejando paso, avisando de los peligros y sobre todo siendo lo que esta gente es, verdaderos profesionales de la humanidad y de la solidaridad. Novoa al final puso su camión como los demás hemos puesto furgonetas, comida y empeño, pero nos ha dado alas en un viaje en el que había mucho de corazón pero también mucho de respeto y cariño hacia los más afligidos en este caso por el hacha de la guerra.
Paradas a comer o cenar en la trasera de camión Mercedes de 33 toneladas y 22 metros de largo eran alegrías impagables en las áreas de servicio de los países recorridos que por cierto entrar en un baño suponía hasta 70 céntimos de coste por persona.
Esther, "mami Novoa" ha sido otro encanto dentro y fuera de la cabina, dando ánimos, llevándonos en su estela de hada madrina y preocupada siempre por todos y cada uno de los integrantes de la expedición. Una madre de las que arropan por la noche en la cama a sus hijos, de las que les dan de comer lo suyo aunque no coman ellas, y una mujer de bandera un 11 sobre 10 sin ella las cosas hubieran sido mucho más complicadas. De la trasera del camión salía agua, latas, frutas, y de todo lo necesario no para 3 personas que eran las que iban en el camión sino para las 47 que al final componíamos el convoy.
De Jose Luis nada más decir que lo grande de su camión y lo complicado de la situación nada tiene que ver con su carácter, el es bonachón, justo, alterado por la injusticia y el daño que está haciendo este Putin que no tiene calificativo para un Novoa al que he visto llorar, sobre todo cuando vio a los niños, cuando nos reencontramos tras su entrada al almacén de descarga en la frontera de Ucrania. Un hombre al que no le tiemblan las piernas ni la voluntad, al que una mano va seguida de un abrazo, un hombre que tiene la admiración de quien le escribe y de todo el grupo de compañeros voluntarios de esta ONG de pueblo, Acción Norte.
Sabiendo que es una ruta internacional y lo duro de la carretera, también es digno de elogiar sus cuidados y muestras de ayuda al grupo. El pagó incluso a alguna furgoneta con problemas de tarjeta, el gasoil en alguna gasolinera, ese detalle es para mi el crucial, señor NOVOA, es usted junto con su familia el ejemplo de la solidaridad sobre ruedas. Ти дуже чудова Нова o lo que es lo mismo eres muy grande NOVOA, para mi más que el día de la matanza.