Zamora pierde uno de sus iconos: el Hotel Convento I cierra y entra en concurso de acreedores

hotel convnto I Coreses. imagen booking
Desde hace semanas, las reservas ya no estaban disponibles, y aunque el anuncio no sorprendía del todo a los más cercanos al sector, la confirmación de la entrada en concurso de acreedores marca un antes y un después para este espacio, cuyo futuro ahora queda en manos de los movimientos empresariales que puedan llegar

Zamora asiste con tristeza al cierre temporal de uno de sus emblemas hosteleros. El Hotel Convento I, situado en el alfoz zamorano, ha echado el cierre e inicia este lunes el proceso de concurso de acreedores. El establecimiento, que durante años ha sido punto de referencia para la celebración de bodas, comuniones, eventos institucionales y encuentros de todo tipo, entra en una nueva etapa marcada por la incertidumbre.

El cierre no solo supone una pérdida importante para la oferta hotelera de la provincia —ya mermada por el cierre por reformas del Parador—, sino también para la memoria colectiva de los zamoranos y de miles de visitantes que pasaron por sus salones y habitaciones. Durante años, el Convento fue sinónimo de elegancia, servicio y hospitalidad. Famosos fueron sus cotillones de Nochevieja, sus banquetes nupciales, sus celebraciones familiares y su spa, que llegó a ser considerado uno de los mejores de la provincia.

Desde hace semanas, las reservas ya no estaban disponibles, y aunque el anuncio no sorprendía del todo a los más cercanos al sector, la confirmación de la entrada en concurso de acreedores marca un antes y un después para este espacio, cuyo futuro ahora queda en manos de los movimientos empresariales que puedan llegar.

Ubicado en un edificio del siglo XIX que en su día fue Seminario Internado de la Orden misionera alemana “El Verbo Divino”, el Hotel Convento I ha sabido combinar el legado arquitectónico y espiritual de sus orígenes con un modelo de negocio que supo captar durante años a un público fiel y diverso.

Ahora, la esperanza reside en que un grupo inversor o una nueva dirección apueste por revitalizar el espacio y devolver al Convento el esplendor que, sin duda, merece. Porque Zamora no puede permitirse seguir perdiendo piezas clave de su historia y de su tejido turístico y empresarial.

El cierre del Hotel Convento I no es solo la clausura de un edificio. Es, sobre todo, una llamada de atención sobre la fragilidad del sector en entornos rurales, y una invitación a reflexionar sobre qué provincia queremos construir para el futuro.