El sector ganadero pide rediseñar las políticas sanitarias para erradicar la tuberculosis bovina
La Asociación de Ganaderos "19 de Abril" ha denunciado una dura crítica hacia el recién publicado Programa Nacional de Erradicación de la Tuberculosis Bovina 2025. Según la organización, el programa es una repetición de directrices y métodos que, tras más de tres décadas de implementación , no han logrado erradicar la enfermedad, generando frustración y desmoralización entre los profesionales del sector.
La asociación denuncia que los métodos empleados continúan enfocándose exclusivamente en el ganado bovino, ignorando las especies silvestres que actúan como reservorios de la enfermedad. "Es incoherente intentar erradicar la tuberculosis actuando solo sobre el ganado bovino mientras no se toman medidas efectivas contra los reservorios silvestres", afirman.
Aunque las autoridades reconocen ahora la existencia de contagio entre especies y zonas endémicas, los programas siguen imponiendo medidas que, según los ganaderos, no son efectivas y ponen en riesgo su actividad económica. Esta situación se agrava en comunidades oficialmente declaradas indemnes, como Asturias, donde los ganaderos se enfrentan a sacrificios masivos injustificados.
En 2024, se notificó 14 focos de tuberculosis en Asturias, desafiando el estatus administrativo de "indemne" que, según la asociación, solo sirve para sostener estadísticas irreales. "Resulta intolerable que los sacrificios de los ganaderos se justifiquen con supuestas ventajas que no compensen las pérdidas devastadoras", criticó.
La Asociación "19 de Abril" reivindica un uso más eficiente de los fondos públicos destinados al programa, exigiendo que se inviertan en técnicas realmente efectivas diseñadas por expertos. Asimismo, subrayan que la ganadería es el sustento de muchas familias rurales y un pilar económico fundamental para las comarcas que dependen de este sector.
Finalmente, la asociación alerta de que estas políticas ineficaces, sumadas a las dificultades ya existentes en el sector, están desincentivando el relevo generacional necesario para mantener viva la ganadería y, con ella, las comunidades rurales.