Los pueblos de Zamora claman por salvar sus Fiestas Patronales
Más de 30 municipios denuncian las restricciones horarias que amenazan la celebración de sus festejos
Las fiestas patronales son mucho más que una simple celebración en los pueblos de Zamora.
Son una oportunidad para revitalizar las calles, los bares y las plazas, para reunir a las familias y para atraer a quienes emigraron, pero vuelven a casa cada verano para reencontrarse con sus raíces. Sin embargo, esta tradición centenaria está ahora en peligro.
Más de 30 pueblos de la provincia de Zamora están alzando la voz contra las restricciones horarias impuestas el año pasado, que amenazan con desmantelar la esencia de sus fiestas patronales. La norma, que impide la celebración de eventos después de las cinco de la madrugada, ha reducido drásticamente el margen de tiempo para disfrutar de las verbenas y otras actividades festivas, poniendo en jaque el retorno económico y social que estos festejos generan cada año.
🎯 Una norma que amenaza la vida de los pueblos
La polémica surge de una norma vigente desde 2010 que hasta ahora no se aplicaba en la mayoría de las localidades de Zamora. Sin previo aviso, el año pasado varios pueblos se encontraron con la prohibición de continuar con las celebraciones más allá de las cinco de la mañana.
"El año pasado, a escasos días de que nuestras fiestas tuvieran lugar y con toda la celebración organizada, nos enteramos de que no podríamos reunirnos a partir de las cinco de la mañana. Para nuestra sorpresa, una norma vigente desde el año 2010 se comenzaba a aplicar en algunos pueblos de Zamora regentados por un equipo concreto de la Guardia Civil", explican los representantes de los pueblos afectados en una carta remitida a Zamora News.
El problema es que muchas de las actividades centrales de las fiestas, como los festejos taurinos o las verbenas, terminan a altas horas de la madrugada. Esto implica que, con la restricción de las cinco de la mañana, los vecinos solo disponen de un par de horas para disfrutar de las orquestas y los eventos musicales, pese a que los músicos y orquestas están contratados para actuar durante toda la noche.
"Las orquestas y los músicos de la zona a los que pagamos desde los ayuntamientos cobran por trabajar durante toda la noche, independientemente de las horas que estén actuando. Resulta doloroso ver cómo la música tiene que parar y los jóvenes y adultos pierden un espacio de reunión y convivencia", denuncian los firmantes.
Un golpe económico y social
La reducción del horario de las fiestas no solo afecta al ambiente festivo, sino que también tiene un impacto directo en la economía de los pueblos. La contratación de las orquestas y grupos musicales supone un desembolso importante para los pequeños ayuntamientos, que ven cómo parte de esa inversión se pierde al no poder completar las actuaciones.
"La mitad del presupuesto de fiestas se tira a la basura, las reuniones acaban y las barras de los bares se vacían mucho antes de lo previsto. ¿Es así cómo quieren ayudar a nuestros pueblos?"
Además, las fiestas patronales suponen una inyección económica vital para los bares, restaurantes y negocios locales, que dependen de la afluencia de visitantes en esas fechas para garantizar su supervivencia el resto del año.
"El objetivo principal en unas fiestas patronales —y el más complicado— es conseguir una programación flexible, que agrupe a peñas diferentes, a los más mayores y a los pequeños. Si queremos que nuestra gente acuda a las actividades que programamos con tanto cariño, dos horas y media no resultan suficientes", lamentan los organizadores.
🚨 Desprotección institucional y falta de respuestas
A pesar de las quejas y las solicitudes de revisión de la norma, hasta la fecha las autoridades no han ofrecido ninguna solución concreta. Los alcaldes y las asociaciones vecinales han trasladado la situación a la Subdelegación del Gobierno y a la Junta de Castilla y León, pero las respuestas han sido evasivas y sin compromisos firmes.
"Casi un año después, seguimos sin respuestas. Nadie sabe quién nos debe ayudar. De la Subdelegación de Gobierno a la Junta, todo el mundo se pasa la pelota y a nadie parece importarle el impacto económico y social que esta medida implica para nosotros", denuncian.
El agravio comparativo es evidente. A solo unos kilómetros de distancia, en otras localidades zamoranas, la música y las fiestas continúan hasta altas horas de la madrugada sin que se apliquen restricciones.
"No entendemos por qué esta norma se aplica solo en algunos pueblos de la provincia de Zamora y a apenas 15 kilómetros la música sigue sonando de madrugada. La sensación de abandono y discriminación es palpable", subrayan.
✊ Salvar las fiestas: una cuestión de supervivencia rural
Las fiestas patronales representan uno de los pocos momentos del año en los que los pueblos de la provincia se llenan de vida. Los bares se llenan, las casas vuelven a abrirse y las calles recuperan ese bullicio que durante el resto del año parece imposible.
"Necesitamos salvar nuestras fiestas populares. Mantener los días en los que por fin conseguimos llenar nuestras casas y calles para reunirnos. La vida que devolvemos a lo que algunos llaman 'la España vaciada' con orgullo, pero ahora tratan con muy poca consideración", explican los firmantes.
El riesgo es evidente: si las restricciones continúan, muchos pueblos podrían verse obligados a cancelar o reducir drásticamente sus fiestas patronales, lo que supondría un golpe aún mayor para la economía y la vida social de estas localidades.
"Los pueblos zamoranos vibran en verano, pero necesitamos acordarnos de ellos el resto del año. Si nos quitan las fiestas, nos están quitando uno de los últimos lazos que nos mantienen unidos como comunidad", concluyen.
Una solución urgente para evitar el abandono
La carta finaliza con una petición clara a las instituciones locales y autonómicas:
✅ Revisar la normativa sobre las restricciones horarias para permitir una mayor flexibilidad en la programación de las fiestas.
✅ Garantizar el mismo trato para todos los pueblos de la provincia.
✅ Proteger la viabilidad económica de las fiestas mediante ayudas y subvenciones específicas.
"Las fiestas patronales son el alma de nuestros pueblos. No podemos permitir que las restricciones y la falta de apoyo institucional acaben con una tradición que nos mantiene vivos", concluyen los vecinos.
Ahora, la pelota está en el tejado de la Junta y de la Subdelegación del Gobierno. Los pueblos de Zamora ya han hablado. Ahora toca escuchar y actuar.