Del polígono que ilusiona al funicular que divide, los presupuestos de la JCYL para Zamora 2026
Inversiones 2026 en Zamora: del polígono que ilusiona al funicular que divide
La provincia recibe el mayor impulso inversor en una década, pero el equilibrio entre desarrollo industrial y ambiental sigue siendo el gran reto
La provincia de Zamora vive un momento singular. Tras tres años marcados por los incendios devastadores de la Sierra de la Culebra y Sanabria, la Junta de Castilla y León ha aprobado para 2026 el presupuesto más alto de la última década: casi 108 millones de euros. Un impulso que, sobre el papel, busca compensar años de abandono y dar respuesta a una provincia herida tanto por el fuego como por la despoblación.
Sin embargo, el análisis sereno de las cuentas revela un contraste evidente: junto a proyectos estructurales y esperanzadores, como el polígono de Monfarracinos, aparecen otros más polémicos y cuestionables, como el funicular del Lago de Sanabria, que despierta recelos incluso entre los vecinos de la comarca.
🔧 Monfarracinos: el polígono que puede cambiar la inercia
La urbanización del polígono industrial de Monfarracinos, con una inversión de 6,85 millones de euros, se ha convertido en la gran apuesta económica de la Junta en Zamora para 2026. La obra, gestionada a través de SOMACYL, pretende dotar de suelo industrial moderno y servicios a una zona estratégica a apenas cinco kilómetros de la capital.
Su desarrollo puede ser la llave para atraer pequeñas industrias logísticas y agroalimentarias, conectadas con la autovía A-66 y el eje hacia Galicia. Zamora lleva años pidiendo suelo competitivo para nuevas empresas, y esta inversión, si se gestiona con agilidad y visión, podría generar empleo real y aliviar la hemorragia demográfica de la capital y su alfoz.
A diferencia de otras promesas, este polígono sí responde a una demanda real del territorio, y además puede aprovechar la sinergia con proyectos de eficiencia energética y vivienda pública que aparecen también en el mismo bloque inversor. Es, sin duda, una oportunidad tangible.
🌲 La deuda ambiental con Zamora una provincia arrasada por el fuego
El presupuesto dedica más de 17 millones de euros a prevención y restauración forestal, un esfuerzo necesario y tardío tras las heridas aún abiertas en la Culebra y Sanabria, donde miles de hectáreas ardieron en 2022 y este mismo 2025.
Durante años, Zamora fue la gran olvidada de la política ambiental autonómica, y solo la tragedia devolvió el foco a la prevención. Las nuevas partidas para tratamientos selvícolas, cuadrillas helitransportadas y vigilancia del medio natural suponen un cambio de rumbo que habrá que medir en resultados y continuidad, no solo en cifras.
Porque la deuda de la Junta con Zamora no se salda con dinero, sino con gestión constante, limpieza de montes y recursos humanos suficientes para que no vuelva a repetirse el desastre. En estos presupuestos se abre la puerta a ese intento a nuestro modo de ver tímido de la JCYL que tendría que haber aprendido de los errores del pasado más reciente.
🚡 El funicular del Lago: el proyecto más controvertido
Y en el otro extremo del presupuesto aparece una partida de 346.000 euros para el funicular del Lago de Sanabria, un proyecto que llevaba años en fase de estudio y que este 2026 entra en su fase de ejecución. La infraestructura se plantea como un sistema de transporte para visitar lo más alto de la sierra utilizando el plano inclinado para ordenar el acceso al parque natural, en una zona precisamente arrasada por los incendios del verano de 2025.
El proyecto ha generado críticas desde asociaciones ambientales y vecinos, que ven en él una amenaza más al frágil equilibrio del ecosistema sanabrés. En 2021 ya se organizó una campaña de recogida de firmas contra esta instalación, advirtiendo de su impacto en flora y fauna y del riesgo de convertir el parque en un “parque temático” del turismo rápido.
Los defensores del proyecto sostienen que ordenará el tráfico y reducirá el acceso descontrolado, mientras que sus detractores temen que abra la puerta a un modelo turístico de alto impacto.
Lo cierto es que, tras el fuego, la prioridad parece ser recuperar el monte, no transformarlo. Resulta paradójico que mientras se invierten millones en reforestar, se destinen fondos a una infraestructura que vuelve a intervenir sobre un espacio aún convaleciente.
💬 Sanidad y educación: inversiones que no despegan
Mientras tanto, la sanidad y la educación mantienen su perfil bajo: 5,6 millones y 11,4 millones respectivamente. El nuevo Conservatorio es el buque insignia educativo, pero la atención primaria rural continúa con medios escasos y plantillas en cuadro. La inversión sigue siendo insuficiente para revertir la fuga de profesionales y servicios que sufre Zamora.
🧭 Una oportunidad y un aviso
En conjunto, los Presupuestos 2026 ponen dinero sobre la mesa y abren puertas reales al desarrollo —en especial en Monfarracinos, agua y prevención forestal—, pero la provincia sigue pagando el precio de años de desequilibrio territorial.
Zamora necesita menos proyectos llamativos y más infraestructura útil, planificación y continuidad.
El funicular de Sanabria puede ser una metáfora perfecta: una obra que sube, pero que tal vez no lleva a donde de verdad hace falta.
Y mientras tanto, el polígono de Monfarracinos puede ser, si se hace bien, el primer peldaño de una Zamora que por fin empieza a despegar.