Pancartas y abrazos en Cotanes del Monte tras el homenaje a un padre más que cumplido
Se echó trescientos kilómetros a la espalda para rendir homenaje a su padre. Y lo ha cumplido. Esta misma jornada ha llegado a Cotanes del Monte donde la han recibido con los brazos abiertos. Su pueblo. Sus recuerdos y el lugar de donde su progenitor tuvo que marcharse en busca de oportunidades.
Belén A. Cañibano se alejó del verde y la montaña del País Vasco a pedales. Con las ganas en la punta de los dedos de recordar a todos aquellos que se fueron para encontrar una vida mejor. Ahora regresa a la inmensidad y llanuras de Tierra de Campos con un pueblo esperando. Con los brazos abiertos y el corazón lleno.
Así, ha cumplido con un homenaje. Un recuerdo para todos aquellos que se alejaron. Para saborear esos paisajes de los que su padre disfrutó hace sesenta años. Ha tardado tres días debido a las altas temperaturas, pero no se ha rendido. Un viaje en tres etapas que ha vivido como aquella niña que aprendió a montar en bicicleta en Zamora. En su pueblo. Como la que disfrutaba los veranos calurosos en la provincia.
Ahora se lleva un buen sabor de boca. Un recuerdo inolvidable y un tributo más que conseguido para ese padre que dejó Zamora y que inculcó el amor por las raíces. Para esta mujer que ha atravesado la mesa castellana por amor a donde uno pertenece. Por esa semilla que siempre florece y que te hace regresar a casa.