Nicasio estaría más que orgulloso, querido Iván
De casta te viene y de muchos años correteando por ese taller que tantos buenos ratos nos hizo pasar muchas veces juntos pensando en como arreglar ese ruido o ese fallo que nunca parecía corregirse, te ha forjado y torneado como un gran hombre que lo eras ya hace mucho tiempo.
Tu padre fue uno de los mejores, y recuerdo siempre al mío hablar del tuyo a sabiendas de que las tecnologías eliminarían sus trabajos, pero sabes que en cosa de taller de grasas y de mancharse las manos las cosas son de otra forma. Todo parece fácil porque el coche se lo llevas al que sabe de verdad, pero no siempre es tarea de uno más uno son dos, sino que las dificultades son muchas y diversas. El utillaje, los manuales, la lógica que no siempre lo es en mecánica, hace que el que controla y sabe de que va esta profesión entienda los mil problemas que surgen, y que muchas noches te despiertan pensando en que ahí en ese retén o en esa junta, está la solución o el fallo.
La falta de profesionales en todos los trabajos siempre es un problema, y más en esta sociedad marcada por la tecnología, por el dichoso internet y los microcircuitos y problemas de grandes empresas automovilisticas, que pretenden que solo sus mecánicos puedan arreglar los problemas que surgen tras las nuevas ideas en las cabezas de los ingenieros de diseño.
Que importante es el mecánico de toda la vida, el que te cambia los filtros y el aceite cuando te toca según la revisión programada cada 5, 10 o 20 mil kilómetros, pero que te dice que ha visto este o aquel otro problema que en breve te hará parar en una cuneta y llamar a la asistencia si no le pones remedio.
Eso no lo dan las máquinas, ellos lo saben y tienen claro que puede pasar si no cuidas y no controlas esto o aquello. Al final los coches, los camiones o los tractores, son máquinas, que no personas y las personas, no lo olvidemos nunca son las que crean las máquinas.
Iván, mantener el nivel mecánico que tienes es complicado, la vida da mil vueltas y en el pueblo las cosas van de otra manera que en un taller oficial de una marca o en un multimarca, si de esos en los que en Madrid o en cualquier otra capital pueden cobrarte la hora de mano de obra a un precio de cena en un restautante de cuatro tenedores.
Enhorabuena no solo por el premio y mantener durante años ese nivel de exigencia y profesinalidad, sino por ser como eres, esta fue la respuesta a su tercer premio: "Tercer puesto que aunque sabe a gloria escuece, al no haberles podido brindar un oro a los de ahí arriba" Ante esta frase nada más que decir que se te quiere y se te aprecia como siempre. No hace falta demostrar nada en una competición, sino en la vida, y ahí de 10 quierido chinorri.