La N-631 más de 30 kilómetros de desolación y desastre medioambiental

No pensé nunca que aquel 16 de junio pudiera dejar tanto mal en una comarca y una zona que teñía de verde la sierra de la Culebra, un pulmón serpenteante de vida, de fauna y flora que ahora tiene un color que rompe miradas entre negras y grises en lontananza.

Una tarde de junio y tras haber anunciado muchos días atrás que venía una ola de calor importante y con ella un peligro extremo de incendio añadido a las tormentas que se suponía descargarian sus rayos y truenos pero también sus lluvias que al final fueron de fuego y desolación me llevaron a la curiosidad de siempre a la de intentar informar en directo pero también de ayudar 

Parar en el cruce de Litos y rememorar el momento de aquellas llamas y el denso humo solo cortado en parte por el paso de los helicópteros, es pensar también en  la llamada al 112 en la que pedí apoyo de hidroaviones puesto que cualquier cambio de viento supondría el corte de la N-631, que al día siguiente tuvo que ser cortada.

De ese día al siguiente todo se complicó sobremanera, el viento con rachas superiores a los 60 kms hora, el calor asfixiante, las llamas de más de 20 metros y ver arder el monte de aquella manera me hace hoy llorar de impotencia como lo hice en aquellos días. Casi un mes después, ver a los operarios de carreteras desbrozadora en mano, tractor, etc etc me hace pensar en que los deberes no se hicieron, que el suspenso no es para septiembre sino de por vida porque eso se han llevado, vida, flora y fauna.

Ahora el problema se acrecentará con las lluvias que caigan, tormentas y aguaceros que al filtrar el agua a la capa inferior entre los pinos, encinas y castaños quemados nada se podrá hacer o quizá si, pero también con otros que manden de otra manera puesto que en prevención y en vista de lo ocurrido en las más de 30.000 hectáreas calcinadas estos que mandan no pintan ni pintarán nada.

Un suspenso de años, de más de 60 que será lo que se tarde en recuperar la zona en cuanto al impacto arbóreo según los expertos, aunque habrá especies que no llegarán a recuperar jamás 

Tiempo para madereros y especuladores para administraciones que ahora... ahora nada de nada. 

En las asociaciones y los grupos de WhatsApp de las localidades afectadas se piden responsabilidades, pero el problema está en ese momento en el que todo es justificable y denunciable, lo peor es que el daño es irreparable y la negligencia ha sido toda.

14 localidades evacuadas miles de hectáreas que ahora parecen ser menos. Hemos perdido el momento, llorar no sirve de nada ni siquiera esa declaración de "zona catastrófica" porque aquí no pasa nunca nada.

Más de 6.000 personas protestaron en Zamora, la repercusión ha sido brutal, pero esperamos que Fermoselle, Pino del Oro, Lober y tantos y tantos fuegos fueran los últimos...pues no, más de 30.000 campos de fútbol han ardido, pero aquí en la bien quemada nunca pasa nada.

La solución en 30 años cuando ya no haya esperanza alguna de recuperar eso, la nada.