La Culebra el bosque que no crece con discursos
Casi tres años han pasado desde que la Sierra de la Culebra ardió en el mayor incendio forestal de la historia de Zamora, Castilla y León y España. Cerca de 60.000 hectáreas, o lo que es lo mismo, 60.000 campos de fútbol, quedaron reducidos a cenizas en un desastre que dejó tras de sí cuatro víctimas mortales, cientos de casas y explotaciones afectadas y un ecosistema devastado.
Aquel fatídico miércoles, mientras los sindicatos ya advertían del riesgo extremo de incendio, la Junta de Castilla y León no actuó con la rapidez necesaria, dejando a los vecinos y voluntarios como única línea de defensa frente a unas llamas imparables. Con herramientas rudimentarias y un esfuerzo sobrehumano, intentaron proteger sus hogares y el monte que durante generaciones había sido su sustento y su identidad. Pero el fuego avanzó sin control, arrasándolo todo a su paso.
Solo son los vecinos, los escolares y alguna que otra acción solidaria como por ejemplo la de cocinero Jose Andrés o los amigos de Cascajares las que se ven que prosperan, el gobierno autonómico parece que aprueba y aprueba partidas de millones de euros como hectáreas se quemaron, pero no lo vemos prosperar, ¿porqué será?
La lenta repoblación y la sombra de la especulación
En este febrero frío, la primavera empieza a asomar en la Sierra de la Culebra, pero el color negro sigue dominando el paisaje. La repoblación forestal prometida se ha quedado en discursos y en informes, pero en el terreno apenas se ven avances. Lo único que ha llegado con rapidez es la explotación maderera: toneladas de troncos han sido retiradas, pero aún quedan montañas de madera quemada apiladas en los puntos de recogida, esperando su destino. De paso las carreteras de la zona se parchean y parchean tras el paso de los gigantes de metal cargados de madera autóctona criada desde hace cientos de años en la Sierra de la Culebra
Mientras tanto, los vecinos siguen esperando las bastas repoblaciones que nunca llegaron. Se habló de millones de euros en ayudas, de planes de recuperación ambiental y de una reforestación ejemplar. Sin embargo, el terreno sigue desnudo, las promesas vacías y la vida en la comarca aún más difícil. La falta de oportunidades, unida al desastre ecológico, ha acelerado la despoblación en la zona, dejando un escenario aún más desolador.
"La Culebra no se calla": la lucha por un futuro que no llega
Los habitantes de la Sierra de la Culebra no han olvidado. La plataforma “La Culebra no se calla” sigue en pie de guerra, denunciando la inacción política y exigiendo que los planes de recuperación se cumplan. No quieren que todo se quede en fotografías de políticos sobre cenizas y promesas vacías. Reclaman una reforestación real, ayudas efectivas y un plan de futuro para la comarca, que evite que el fuego sea solo el primer capítulo de una tragedia aún mayor: la despoblación total.
A día de hoy, la Culebra sigue esperando. Los troncos caídos siguen en las zonas de recogida, el suelo sigue sin nuevos árboles y la inversión prometida brilla por su ausencia. Si la respuesta al incendio fue tardía, la recuperación parece aún más lenta. El tiempo corre, pero el bosque no crece con discursos.
Discursos y promesas tras tres años, mucho anuncio pero poco efecto rápido, la sierra sigue pelada, el monte recupera su acción gracias a que al menos la naturaleza es sabia y no necia como los que gobiernan desde un sillón, un sofá o simplemente van de caza como los señoritos de antaño que parece ser que es lo que se lleva. Entre tanto las localidades de la Culebra siguen cabreadas con toda la razón del mundo, recordando la innación y la tempura de los que mandan que siguen acolchdos en su estado de embriaguez parlamentaria inactiva.