Cenizas, impotencia, dolor y pena: se cumple un año del segundo incendio que devastó Zamora
Saltó tan rápido que nadie pudo darse cuenta. Otro fuego llegaba a Zamora, ¿sería tan grande como el de la Sierra de la Culebra que ocurrió hace un mes? Y lo fue. Sin haber olvidado el dolor de ver absolutamente todo en llamas, llegó el incendio de Losacio. Un fuego que no solamente acabó con fauna y flora, ni con la esperanza y la ilusión, también con vidas.
Cuatro vidas. Eso es lo que verdaderamente se llevó un fuego que llegó para recordar lo vulnerable. Una tragedia que apareció sin pestañear. Una provincia movilizada y la solidaridad del pueblo zamorano. La impotencia, el dolor y la pena llenó cada rincón, pero también la fuerza, las ganas de seguir adelante, de luchar por la incompetencia y la injusticia.
Más de treinta pueblos fueron desalojados, con ellos, el futuro de muchos quedó en el aire. La incertidumbre y el miedo se asentaron entre las llamas de un fuego que arrasó con más de 11.000 hectáreas en apenas 24 horas. Intentando ayudar a su pueblo, murió Ángel Martín, el héroe de Tábara. Creando un cortafuegos que le dejó quemaduras graves. Una muerte que no quedará en el olvido porque nadie dejará a un lado a aquellos que lo dieron todo por acabar con las llamas. Y el fuego, se cobró otra vida, la de Daniel Gullón, el brigadista que también intentaba proteger la tierra zamorana. Entre la desesperación y el dolor. El fuego se llevó dos vidas más. La del pastor, Victoriano Antón, que no quiso dejar a su ganado y Eugenio Ratón, que resultó herido cuando huía del fuego.
Dolor, desesperación y pesar. La devastación de una tierra. Más de 30.000 hectáreas consumidas por el fuego. Las cenizas, las pavesas, el calor del infierno llenaron la provincia. La incapacidad de la administración autonómica para prever, en plena ola de calor, semejante catástrofe.
Un año después, todo es negro tostado, pero se sigue luchando para resarcirse. Aunque muchas veces el viento sople en contra. Aquel fuego robó demasiado, pero Zamora volverá a levantarse y a caminar, pero no olvidará aquello. Jamás lo hará.