El cortejo fúnebre con los restos mortales de la reina Isabel II han llegado finalmente a Edimburgo tras un viaje de seis horas y 200 kilómetros, respetando lo programado por la propia monarca en la llamada Operación Puente de Londres.
La capital de Escocia ha recibido la comitiva con el mismo dolor con el que la despedían los escoceses a la salida del féretro de Balmoral. En total diez días de actos desde la muerte de la reina el pasado 8 de septiembre y que culminarán el próximo día 19 con el funeral de Estado en la Abadía de Westminster, el mismo lugar que la vio coronarse hace siete décadas.
Una ceremonia a la que se espera que acuden altos mandatarios de todo el mundo como el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, el presidente francés, Emmanuel Macron, o el primer ministro australiano, Anthony Albanese.
El féretro ha llegado al Palacio de Holyroodhouse, donde reposará en el Salón del Trono hasta mañana por la tarde. Será entonces cuando una procesión acompañe los restos hasta la catedral de St Giles, Edimburgo. Carlos III y el resto de miembros de la Familia Real participarán en la procesión y asistirán a un Servicio en la Catedral de St Giles.
El féretro reposará en la Catedral de St Giles, custodiado por vigilias de la Compañía Real de Arqueros, para permitir que el pueblo de Escocia presente sus respetos.
