Tras el ataque en una escuela secundaria el viernes en Arras al norte del país, Francia se encuentra en estado de alerta máxima. La agresión que derivó en un profesor apuñalado y otras tres personas heridas ha obligado al Gobierno de Emmanuel Macron a elevar el nivel de seguridad e incrementar la presencia policial con 7.000 soldados en las calles dentro de la llamada Operación Sentinel. Se trata del operativo que se activo en el año 2015 tras los ataques la publicación satírica Charlie Hebdo que dejó 12 muertos y once heridos.
Tras una reunión urgente con el presidente Emmanuel Macron en el Elíseo, el ministro del Interior, Gérald Darmanin, ha activado la alerta máxima. El Museo del Louvre ha sido evacuado y cerrado por la mañana debido a una amenaza, situación que poco después se repetía en el Palacio de Versalles por un mensaje anónimo, según fuentes policiales consultadas por la AFP. Ambos continuarán encerrados por motivos de seguridad.
Uno de los temas que más preocupa en Francia es precisamente la seguridad, especialmente en vísperas de los Juegos Olímpicos de París en el verano de 2016. Esta noche se disputarán los cuartos de final de la Copa Mundial de Rugby.
Las mismas medidas se han aplicado sobre la estación parisina de trenes Gare de Lyon. Pese a que en palabras del ministro no se ha detectado "un peligro real" al no constatarse presencia alguna de bombas ni posibles sospechosos, la importancia de esta comunicación -una de las principales estaciones del país que conecta la capital con el este y sureste de Francia y con países como Suiza- ha obligado a reforzar al máximo las medidas de prevención.
