El presidente del PP ha prometido utilizar todos los instrumentos del Estado cuando gobierne para garantizar la cordialidad lingüística en España: “Nadie, ni en Cataluña ni en ninguna otra parte de España, tiene derecho a impedir que nuestros hijos aprendan sus dos lenguas”. Así lo ha precisado durante su intervención en el acto de clausura de la XXV Interparlamentaria, celebrada en Toledo.
El líder popular lamenta que se usen los idiomas para dividir y señalar ciudadanos: “Es una práctica ilegal, injusta y ruin, condenada al fracaso social y judicial en nuestro Estado de Derecho”, por lo que pide al nacionalismo que reflexione y a los socialistas que queden, que ayuden a frenar esta deriva; porque el PP va a seguir defendiendo la libertad.
“Todos los que estamos aquí, en la Interparlamentaria del PP, estamos allí”, en referencia a la manifestación que se celebra hoy en Barcelona por la defensa de nuestro idioma en Cataluña.
Al tiempo, afirma que la alternativa que representa el Partido Popular está cada día más fuerte; no porque lo digan las encuestas, ni por las polémicas del Gobierno, ni porque algunos comiencen a recolocarse: “La nueva etapa que quiere abrir la mayoría de los españoles se nota en la calle”.
Entre sus propuestas, el expresidente de la Xunta apuesta por cambiar la política de tanta confrontación que ha tenido que sufrir España y apuesta por “la buena política”, en la que vale la pena defender la verdad y la razón, e incide en que “desde el PP no permitiremos que la inmensa mayoría centrada y moderada de españoles siga huérfana”.
Incide en el proyecto “solvente, reformista y modernizador del PP y pide a todo el partido “ser lo que los españoles esperan de nosotros”, ofrecer un proyecto de reconstrucción económica, social e institucional y “volver a poner la política española a la altura de un gran país”.
Feijóo asegura que el PP cerrará la etapa de “degradación institucional” emprendida por Sánchez para abrir una de reformas y grandes consensos, frente al Sanchismo, que ha rendido todas las instituciones para ponerlas al servicio de un proyecto personal.
Presenta un reto que debe aspirar a trascender las siglas, recuperar los grandes consensos y reuniendo a los españoles, yendo más allá de las elecciones. Para ello, plantea el deber de cerrar una etapa que no será recordada como la más brillante y estar a la altura de las que han merecido la pena en nuestra historia.
Ante los retos que nos depara el momento de incertidumbre económica, el presidente popular también asegura que hay que combinar las actuaciones urgentes con las reformas a largo plazo y sitúa la economía como “piedra angular” sobre la que España se debe recuperar y plantea tres dinámicas negativas que hay que romper: la elevada inflación, el bajo crecimiento y la desorbitada deuda pública.
Para ello apuesta por políticas que simplifiquen la burocracia, fomenten la competitividad y se aprovechen los fondos europeos, porque “no podemos conformarnos con seguir siendo el vagón de cola de la UE”
Asegura que, mientras el PP se presenta como proyecto colectivo, Sánchez ha fracasado en atender lo urgente e inaplazable: como el reto demográfico, el problema del agua, la atención primaria, la reforma de la financiación autonómica y el sistema educativo: “Merecemos un Gobierno mejor, pero sobre todo que no se ría de los españoles”
