El cambio de hora llega este fin de semana
El cambio de hora, ese ritual anual que se repite cada octubre, regresa para marcar el inicio del horario de invierno. Este 2024, el ajuste tendrá lugar en la madrugada del domingo 27 de octubre, cuando a las 3.00 horas de la mañana los relojes deberán retroceder una hora, volviendo a ser las 2,00 horas. En Canarias, como es habitual, el cambio se producirá una hora antes. Este ajuste, que busca aprovechar mejor la luz natural y optimizar el consumo energético, se mantendrá en vigor hasta el 30 de marzo de 2025.
Para la mayoría de los dispositivos electrónicos, este cambio ocurrirá de forma automática gracias a la tecnología conectada. Sin embargo, los relojes analógicos aún requerirán de nuestra intervención para garantizar que se ajusten correctamente.
Si bien ganar una hora de sueño suena como una ventaja, este ajuste no está exento de inconvenientes. El cambio horario, aunque aparentemente pequeño, puede tener efectos sobre el reloj biológico de las personas. Según la Sociedad Española del Sueño (SES), este proceso de adaptación puede extenderse hasta diez días, aunque en muchos casos los síntomas, como insomnio o fatiga, solo duran uno. Los más vulnerables a este impacto son los niños, las personas mayores y quienes padecen trastornos del sueño.
A pesar de estos posibles efectos negativos, la SES sostiene que el horario de invierno es más acorde con los ritmos naturales del cuerpo que el de verano. Al retrasar el reloj, el ciclo de luz y oscuridad se ajusta mejor a nuestros patrones biológicos, lo que favorece un despertar más natural y ayuda a mantener un ritmo de vida más estable.
Desde la década de 1970, los países europeos han ajustado sus relojes dos veces al año, regulados por una directiva europea que busca optimizar el uso de la luz solar. Aunque existen voces que cuestionan la necesidad de este cambio, el ajuste seguirá vigente al menos hasta 2026, como lo establece una Orden Ministerial.
A pesar de las ventajas energéticas y biológicas que algunos expertos defienden, no cabe duda de que el cambio de hora genera un debate recurrente sobre sus beneficios reales y sus consecuencias sobre la salud. ¿La solución definitiva? Por ahora, seguir ajustando nuestros relojes y adaptar nuestras rutinas para minimizar el impacto.