1.066 profesionales de la salud recurren al Tele Apoyo Psicológico de ”La Caixa” y la Fundación Galatea

El servicio de Tele Apoyo Psicológico (TAP) impulsado por la Fundación "la Caixa" y desarrollado por la Fundación Galatea, ha atendido desde que se puso en marcha a principios de marzo hasta hoy, a 1.066 profesionales de la salud, efectuando casi 4.000 intervenciones (3,7 intervenciones de media para cada usuario).

El TAP es un servicio gratuito que ambas fundaciones acordaron promover al inicio de la emergencia sanitaria originada por la pandemia, para atender y paliar la sobrecarga mental y emocional de los profesionales de la salud y del ámbito social. El 76% de la demanda expresada hasta ahora es por sufrimiento emocional.

Ante las óptimas valoraciones del servicio obtenidas por parte de los usuarios, y para seguir dando respuesta a las necesidades de los sanitarios, ambas fundaciones han acordado prolongar esta plataforma gratuita, de momento hasta el mes de junio del 2021.

«Dentro de nuestra línea de atención emocional y espiritual dirigida a pacientes y familiares en contextos hospitalarios, con este proyecto damos un paso más ofreciendo el mismo y tan necesario acompañamiento integral y humano a los profesionales que nos cuidan y que siguen encontrándose en primera línea en estos momentos aún difíciles.

Su salud mental y emocional es la salud de todos.», ha explicado Isidro Fainé, presidente de la Fundación "la Caixa". Con cada paciente se establece una pauta por videoconferencia o por teléfono, con sesiones de entre 20 y 30 minutos, dado que no se trata de una terapia convencional sino de una atención psicológica en circunstancias muy excepcionales.

Desde el mes de marzo 2020 hasta hoy, 691 usuarios han sido dados de alta, los cuales representan casi el 70% de los profesionales atendidos. El director de Fundación Galatea, Antoni Calvo, afirma: «Los profesionales de la salud tienen un fuerte compromiso profesional y social.

Trabajan diariamente con un elevado nivel de autoexigencia y conviven con grandes presiones, lo cual, al final, puede afectar a su estado anímico y a su equilibrio psicoemocional. Paradójicamente, a menudo les cuesta atender a su propia salud y pedir ayuda, porque han sido formados para ayudar a los demás».

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