Los podólogos de Castilla y León piden vigilar la salud de los pies ante la vuelta al cole
El Colegio de Podólogos de Castilla y León entiende que los interrogantes son muchos pero que el miedo a la COVID-19 no debe implicar el descuido de la salud general y, en concreto, de la salud de los pies.
El presidente del Colegio, José Luis Muñoz, advierten de que "es más importante cambiar de calzado que de mochila, estuche o caja de rotuladores". Es fundamental elegir un calzado y unos calcetines apropiados para evitar la sudoración excesiva. De igual modo, en la consulta podológica se pueden detectar otros virus, como papilomas (verrugas plantares) u hongos muy frecuentes tras varios meses de verano en piscinas comunitarias.
En esta época se compran muchas cosas necesarias y, a veces, se descuidan otras imprescindibles, como el calzado. El calzado de uso escolar es el más importante, porque es el que habitualmente lleva el alumnado entre 9 y 12 horas al día de media, ya que habitualmente continúa con él tras el final de la jornada escolar y durante las actividades extraescolares.
La primera visita al podólogo
Antes de comprar el calzado escolar, se debería acudir a la consulta del profesional de la Podología que, además de revisar los pies de los niños, podrá aconsejar sobre el tipo de calzado adecuado para nuestros hijos.
No son raras las deformidades de dedos, uñas o de la marcha provocadas por la utilización de un calzado infantil incorrecto.
De igual modo que se lleva a los niños al oftalmólogo o al dentista de forma periódica para realizar un seguimiento, hay que concienciarse de la necesidad de llevar a los niños y niñas al podólogo para que les realicen una revisión anual y detecte o prevenga cualquier posible anomalía. El inicio del cole es un buen momento para fijar esta cita en las agendas.
Por este motivo, el Colegio de Castilla y León quiere resaltar el gran número de niños que acuden al centro escolar con un calzado inadecuado y la alta tasa de niños con pie plano infantil que no ha sido ni detectado ni tratado.
Si no hay ningún tipo de alteración manifiesta, la edad recomendable para visitar al podólogo por primera vez es entre los cuatro y los cinco años, una edad en la que ya se puede evidenciar cómo está constituido el pie.