Los gamberros han vuelto a hacer de las suyas. Esta vez ha sido en la sede de la Cofradía de Nuestra Madre de las Angustias, sita en la calle de Quebrantahuesos, que con tanto esfuerzo adquirió y acondicionó la cofradía. No contentos con pintar a pie de calle la fachada con spray negro, el autor o autores de las pintadas treparon además por la reja para dejar su huella bajo una de las ventanas del primer piso. De auténtica vergÚenza el comportamiento de algunos que no saben lo que es respetar la ciudad ni las propiedades ajenas.
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