El barrio de Carrascal finalizaba ayer un fin de semana cargado de ambiente, unas fiestas de calidad para celebrar sus bodas de plata.
Numerosos vecinos se acercaron a jugar al gran juego de la Oca y en el partido de solteros contra casados hubo la misma emoción de todos los años, los piques sanos y las risas fueron la tónica del encuentro.
Por la noche los vecinos disfrutaron de una chocolatada y pusieron fin con un reportaje sobre la historia del barrio.