Waldo Santos la celebración de su centenario una buena razón para redescubrir su obra
Este miércoles 2 de junio, comenzó en Zamora los actos en homenaje al poeta
Las Aceñas de Cabañales era el lugar indicado para comenzar los actos de homenaje con una Lección inaugural de Octavio Uña, catedrático de Sociología, de Filosofía, y escritor, titulada: “Waldo Santos. El dolorido sentir y la ensoñación utópica”.
El erudito profesor disertó sobre la vida y la obra del poeta zamorano nacido en Castro Nuevo de los Arcos en 1921, y que falleció en 2004.
El escritor inició su actividad literaria en 1969 con la obra Mi voz y mi palabra. Su siguiente publicación reunió tres títulos: Palabra derramada. Toba, clavel y... viento. Grito de estopa (1973). Otros libros de Santos fueron Sangre colgada a garfios, Con la sed bocarriba, Imposible alondra y Desde la sangre al rojo. De la década de los 80 son Sufridlo en esperanza y Alaciar de la luz estremecida (1988). Sus últimos títulos fueron Del atardecer en Iberia (1990) y Oyendo cómo crecen las ortigas (2003).
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Debido a su carácter abierto y cosmopolita, se realizarán varias actividades en torno a su figura como poeta y en varios lugares de la ciudad, se marcarán las acciones del homenaje que le tributan el flamenco, la música y el folklore tradicional, habrá lecturas de poemas, mesas redondas y un largo etcétera de actos que permitirán comentar su poesía, y actividades que recordarán algunas de las facetas posibles o utópicas de la personalidad polifacética de un hombre que apoyaba su pensamiento en la raíz primordial del ser humano: el anhelo de compartir la bondad.
Hoy en las Aceñas hemos conocido un poco más de este literato zamorano no tan conocido pero que dejó su impronta en una sociedad que ha cambiado poco desde su muerte en 2004.