La 'Fiestiña' volverá a unir a España y Portugal a orillas del río Manzanas
Este domingo 11 de mayo, el paraje natural de “El Tablao”, en plena ribera del río Manzanas, se convertirá de nuevo en escenario de una de las romerías más singulares del noroeste peninsular: la Romería Internacional de Villarino Manzanas y Petisqueira, conocida popularmente como “La Fiestiña”. Una celebración en la que fe, tradición, gastronomía y folclore se entrelazan a ambos lados de la frontera natural entre España y Portugal.
Cada segundo domingo de mayo, este rincón verde entre el Parque Natural de Montesinhos y la Sierra de la Culebra se transforma en punto de encuentro para miles de personas. La jornada arrancará a las 12:00 horas (hora española) con la salida de la imagen de la Virgen de Fátima desde Villarino Manzanas, acompañada por cohetes, bombos y un cortejo musical encabezado por gaiteros de toda la región. El estruendo de los fuegos artificiales no es solo festivo, también tiene una función: avisar a los feligreses portugueses del inicio de la peregrinación española.
Poco después, la procesión partirá también desde Petisqueira, en Portugal, esta vez acompañada por la Banda de Música de Bragança. Ambas imágenes se encontrarán sobre un puente de madera provisional, instalado sobre las aguas del río Manzanas, en uno de los momentos más simbólicos del día: el saludo mutuo entre vírgenes, que da paso a una misa bilingüe oficiada en la orilla española.
Tras la ceremonia religiosa, comienza la fiesta más terrenal. Decenas de puestos de mercado ocupan ambas orillas del río, ofreciendo desde cuchillos y toallas hasta productos agrícolas, navajas, alquitarras y embutidos típicos. No faltarán tampoco las especialidades gastronómicas de ambos países: bacalao, alheiras, pinchos morunos, “paixarinhos” y el siempre popular pulpo gallego, cocido in situ por los tradicionales pulpeiros.
Durante el vermú, grupos de música tradicional animarán a los asistentes, que más tarde se reunirán en familia o entre amigos para disfrutar de la comida al aire libre. Las praderas del Manzanas y del arroyo Cabrón se llenarán de mantas, mesas improvisadas y carcajadas, en una estampa que mezcla lo festivo con lo íntimo.
La Fiestiña no es solo una romería: es un ritual de convivencia entre dos pueblos unidos por el río y por la historia. Una jornada donde lo religioso y lo popular se funden sin fisuras, y donde cada rincón parece invitar a quedarse un poco más.
Quienes ya la conocen saben que se trata de una cita inolvidable. Para quienes aún no han vivido esta experiencia única: el 11 de mayo puede ser una fecha para marcar en rojo en el calendario. ¿Te lo vas a perder?