Un implicado en Castilla y León en una red de engaños con contactos de mujeres por internet

La operación, denominada 'Quilombeda', ha revelado la complejidad de las actividades ilícitas con métodos como el 'timo del sicario', esta táctica comenzaba con la inserción de anuncios falsos en plataformas web destinadas a contratar servicios de encuentros con mujeres
Fotografía Guardia Civil rescate
photo_camera Fotografía Guardia Civil rescate

La Guardia Civil ha desarticulado una red criminal dedicada a la sextorsión y estafas online que operaba no solo en Valencia, Cantabria sino también en Castilla y León, más concretamente en Valladolid. Tras una investigación exhaustiva, nueve personas han sido detenidas e investigadas por su presunta participación en estos delitos.

La operación, denominada 'Quilombeda', ha revelado la complejidad de las actividades ilícitas con métodos como el 'timo del sicario', esta táctica comenzaba con la inserción de anuncios falsos en plataformas web destinadas a contratar servicios de encuentros con mujeres. Una vez que la víctima accedía a estos servicios, recibía amenazas de muerte, generalmente por mensaje o llamada telefónica, por parte de un individuo que se hacía pasar por un sicario. La demanda de dinero a cambio de evitar el supuesto ataque era la consecuencia directa de este engaño.

Además de la sextorsión, la organización también se dedicaba a estafas relacionadas con falsas ofertas de trabajo. A través de internet o redes sociales, los estafadores interactuaban con las víctimas, llegando a acuerdos ficticios que culminaban con la obtención de información personal y bancaria, como copias del DNI y números de cuentas. Con estos datos en su poder, daban de alta servicios de telefonía y cuentas bancarias fraudulentas.

La investigación se desencadenó en marzo de 2023 cuando un individuo, víctima de la red delictiva, presentó una denuncia ante la Guardia Civil. Relató haber solicitado contactos con mujeres a través de internet y, poco después, haber recibido amenazas de extorsión por medio de mensajes móviles. Las intimidaciones incluían la exigencia de una suma monetaria a cambio de evitar el envío de un sicario a su domicilio.

Las amenazas fueron explícitas, insinuando acciones violentas como palizas o incluso el asesinato en caso de no cumplir con las demandas económicas. La víctima, cediendo ante la presión, realizó transferencias por un total de 12.000 euros. El dinero extorsionado era luego redirigido a cuentas bancarias controladas por los criminales o utilizado para adquirir cuentas bancarias de personas vulnerables bajo engaños o comisiones previas.

Como resultado de la operación, siete individuos fueron detenidos e investigados en Valencia. En una segunda fase de la operación, dos integrantes más de la organización fueron investigados en Cantabria y Valladolid.

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