Castilla y León, una de las autonomías con la mano de obra más longeva de España

Hombre trabajador

El promedio de edad de los empleados en las provincias de Castilla y León aumentó entre el 15% y el 18% entre los años 2005 y 2020, representando un aumento de casi 7 años durante ese periodo

Junto a Galicia y Asturias, Castilla y León representa un promedio de edad más elevado en su fuerza laboral que el resto del país, con edades oscilando entre los 44 y 46 años

España, como muchas otras economías desarrolladas, se enfrenta al reto del envejecimiento de su población. Se prevé que el número de personas mayores de 50 años represente alrededor de la mitad de la población de España en 2050. Así lo recoge el estudio “El impacto de la edad en el mercado de trabajo y en la resiliencia de las empresas en España”, un informe de CENIE, elaborado por la firma de análisis líder internacional Oxford Economics en colaboración con la Universidad de Salamanca, en el que se analiza cómo contar con una plantilla que incluya a trabajadores de más edad influye positivamente en diferentes resultados económicos de las empresas.

Una de las principales aportaciones del informe consiste en constatar que “una mano de obra de mayor edad aumentó-influyó positivamente en la resiliencia económica (ventas, empleo, productividad e inversión) de las empresas españolas durante la Gran Recesión vivida entre 2008 y 2014”, por lo que “promover la participación de los trabajadores de más edad en la fuerza laboral crea economías más sólidas ante las crisis”.

Esta investigación forma parte del proyecto “Programa para una sociedad longeva”, iniciativa aprobada dentro del Programa de INTERREG V-A, España-Portugal, 2014-2020, POCTEP, del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER). El estudio resalta las diversas formas de las que se verán afectadas las industrias y regiones de España, especialmente destacando a Castilla y León por su población más envejecida en el mercado laboral. Entre 2020 y 2050, la región castellanoleonesa será una de las autonomías que experimentará una mayor reducción del empleo y una notable disminución en la población de mayor edad laboral, lo que conllevará un significativo aumento en el número de personas en etapa de jubilación.

En cuanto al ritmo de envejecimiento, el informe revela que el promedio de de los empleados en las provincias de Castilla y León aumentó entre un 15% al 18% entre los años 2005 y 2020, representando un aumento medio de casi 7 años durante ese periodo. Así mismo, señala que, junto a Galicia y Asturias, Castilla y León representa un promedio de edad más elevado en su fuerza laboral que el resto del país, con edades oscilando entre los 44 y 46 años. Además, es esta zona del país la que previsiblemente experimentará la mayor pérdida de población en edad laboral entre 2020 y 2050, lo que representará un importante obstáculo para el desarrollo empresarial.

El informe apunta a que la reducción de la fuerza laboral combinada con el aumento del número de jubilados podría ralentizar el crecimiento económico y poner a prueba el sistema de pensiones. Estos desafíos afectarían potencialmente a toda la sociedad, no solo a las personas mayores.

El informe también destaca que España tiene una tasa de empleo baja entre las personas de 55 años o más, situación que se agudizará por el envejecimiento de la población. Para aprovechar los beneficios de una fuerza laboral longeva, España debe adoptar medidas urgentes para aumentar la participación de los trabajadores mayores en el mercado laboral. Estas medidas podrían incluir:

  • Repensar el ciclo laboral. En el informe se indica que las autoridades deberían asegurarse de que los trabajadores mantengan su interés por trabajar a medida que envejecen. Una opción, se explica, podría ser aumentar la edad efectiva de jubilación y desincentivar el retiro anticipado. 
  • Mejorar la calidad y el entorno de trabajo de los trabajadores de más edad. Las autoridades responsables deberían mejorar la calidad del entorno laboral de los trabajadores de más edad introduciendo, por ejemplo, normativas que tenga como objetivo específico proteger a los trabajadores de más edad mediante directrices de seguridad en el lugar de trabajo. Otra de las medidas sería “promover las oportunidades de readaptación profesional y de formación complementaria, subsidiando, por parte de los gobiernos, programas de formación dirigidos a empleados mayores para así incentivar a los empleadores en el desarrollo de este tipo de programas”.
  • Mejorar la situación de los trabajadores de más edad en el mercado laboral. En este punto, el informe indica que las autoridades deberían tener como principal objetivo el de reducir el riesgo de desempleo de los trabajadores de más edad, reduciendo la probabilidad de entrar en paro y disminuyendo la probable duración de la desocupación.
  • Motivar a las empresas a contratar y retener a trabajadores de más edad. El informe apela a las autoridades a que se aseguren no solo de que los trabajadores de más edad quieran seguir trabajando, sino también a que las empresas estén dispuestas a retenerlos y contratarlos. Entre las principales iniciativas se encuentran: la eliminación de la discriminación por edad en los procesos de reclutamiento, promoción o retención de empleados; la introducción de incentivos económicos para motivar a las empresas a contratar y retener a trabajadores de más edad, y motivar a las empresas para implementar prácticas de gestión de la edad.

El envejecimiento de la población y de la fuerza laboral ha dado forma a la economía española. La esperanza de vida ha aumentado desde los 70 años en 1960 a más de 83 años en 2021. Al mismo tiempo, la tasa de fertilidad total de España disminuyó de casi 2,9 hijos por mujer en 1960 a menos de 1,4 en 2020, una caída de alrededor del 52%. De cara al futuro, se prevé que la población en edad de trabajar de España aumente hasta finales de la década de 2020, antes de comenzar a declinar.

En 2050 se espera que descienda a 28,5 millones, aproximadamente el mismo nivel que en el año 2000. Esto significa que se prevé que aumente la tasa de dependencia de la vejez. En España, esta tasa aumentó de alrededor del 27% en 2000 a casi el 33% en 2021, y se calcula que alcance casi el 60% entre 2050 y 2060. En otras palabras, por cada tres personas en edad de trabajar, habrá casi dos personas de 65 años o más. Una tasa de dependencia elevada plantea desafíos económicos si un tamaño decreciente de trabajadores necesita financiar a un número creciente de jubilados.

En comparación con países como Francia, Alemania, Japón o el Reino Unido, España tiene una tasa de empleo baja entre las personas de 55 años o más. Sin embargo, la fuerza laboral está envejeciendo. De 2005 a 2020, la edad media de los trabajadores españoles aumentó de menos de 38 años a más de 43 años. El ritmo de cambio ha sido más rápido en España que en muchos otros países. Entre 2000 y 2021, la proporción de trabajadores empleados mayores de 55 años aumentó alrededor de 11 puntos porcentuales en España.

El impacto del envejecimiento de la fuerza laboral será diferente en los distintos sectores e industrias de España. La región noroccidental, que incluye las provincias de Galicia y Castilla y León, experimentará los mayores descensos en el empleo entre 2020 y 2050. Las regiones del norte y el oeste también tienden a tener una fuerza laboral más envejecida, con edades medias entre los 44 y los 46 años, como ya se ha señalado anteriormente.

Mientras que, en algunos sectores, como los servicios financieros o el comercio, el transporte y la hostelería, la fracción de trabajadores empleados mayores de 55 años ronda el 13% y el 14% en 2020, y alcanza alrededor del 24% en el sector agricultura, silvicultura y pesca, y administración pública y servicios sociales.

El estudio ha confirmado que la edad de la fuerza laboral condujo a un crecimiento de las ventas de las empresas durante la Gran Recesión en España. Esto significa que las empresas con una fuerza laboral más experimentada lograron aumentar las ventas de sus productos y servicios durante este periodo de dificultades económicas.

Hay una relación positiva de la edad media de la mano de obra y el consumo. Las provincias con una edad media de la mano de obra más elevada, son las que tienen el mayor gasto en consumo per cápita, lo que también se refleja en un mayor gasto per cápita en el comercio minorista de la provincia. Esta relación puede tener que ver con el crecimiento de los salarios a medida que aumenta la antigüedad del trabajador y al hecho de que a medida que aumenta la edad media, el tamaño del hogar disminuye.