¿Para qué sirve una VPN y por qué puedes ver con ella lo que quieras?

vpn
Las redes privadas virtuales, o dicho de otro modo, VPN se han popularizado en los últimos tiempos, debido a las ventajas que ofrecen

Algunas de ellas, como obtener una mayor seguridad o acceder a ciertos contenidos sin restricciones, por ejemplo si queremos ver telecinco o cualquier otro canal, han conseguido que cada vez más gente se plantee utilizarlas. No obstante, las VPN siguen generando dudas en quienes no saben bien qué son y para qué sirven. Por eso, vamos a descubrirlo.

 

¿Qué es una VPN y para qué sirve?


Las VPN son redes virtuales que nos ayudan a conectarnos a Internet de forma privada. De esta manera, se presentan como una opción perfecta para quienes desean preservar su privacidad, pues cifran datos y ocultan las identificaciones de los usuarios, o lo que es lo mismo, sus direcciones IP. Así, las VPN suelen utilizarse para guardar el anonimato, lograr una mayor privacidad, sobre todo, si nos conectamos desde redes públicas, y obtener una mayor seguridad al encriptar la conexión

 

¿Una VPN te permite ver lo que quieras?


Sí, debido a las funciones que hemos comentado, las VPN nos permiten acceder a contenidos que tengan restricciones por ubicación, por ejemplo. La encriptación de datos y el anonimato hacen que estas restricciones no tengan efecto en nuestra conexión, por lo que las VPN son muy utilizadas para quienes quieren tener acceso a servicios de streaming sin problemas, ya sean series, películas o videojuegos. Además, no hay que olvidar que también protegen de malas prácticas como la piratería o la fuga de datos, así que son muy útiles si viajamos y nos conectamos a través de redes públicas, como puede ser el Wifi de un hotel.

 

¿Cómo funcionan las VPN?


Una VPN sirve, en definitiva, para redirigir datos y lo hace de dos formas, principalmente. La primera, cifrando estos datos. Este cifrado ayuda tanto a filtrar como a imposibilitar que se puedan leer y evita, por tanto, las vulnerabilidades de la red. Después, crea un túnel de datos entre el dispositivo y el servidor de la red virtual y los envía con este cifrado. Así, se resguarda la información para que no pueda ser vista ni por terceros ni por nuestro proveedor de Internet. Con ello, se logra una conexión que, aparte de segura, es anónima, por lo que se preserva nuestra privacidad y derechos en la red.

Por último, hay que señalar que existen dos tipos de VPN: las gratuitas y las de pago. Las primeras, como su propio nombre indica, no necesitan de una suscripción para funcionar, pero tienen algunas desventajas. Por un lado, hacen uso de la publicidad para costearse y, por otro, tienen limitaciones en cuanto al ancho de banda y la velocidad de conexión. En cambio, las de pago no tienen limitaciones y no utilizan publicidad, además de que cuentan con actualizaciones continuas, por lo que son más seguras. La elección última entre una u otra, en definitiva, la tiene el usuario, pues la realidad es que ambas sirven para lo mismo.