Sin sorpresas en el Coliseum

No era un día para gestas. Tampoco para soñar demasiado. El CB Zamora viajaba este sábado 5 de abril a tierras burgalesas para enfrentarse al San Pablo Burgos, líder indiscutible de la Primera FEB y principal favorito al ascenso. Y lo hacía con el aviso previo de Saulo Hernández: “el equipo llega físicamente tocado”. El Coliseum, con su imponente presencia, no parecía el lugar ideal para curar heridas.

El guion se cumplió. El San Pablo Burgos impuso su jerarquía y se llevó el partido por 89-73. Sin necesidad de pisar el acelerador a fondo, los de Savignani dominaron de principio a fin. No fueron una apisonadora, pero sí una maquinaria constante, precisa, que desgasta. Cada parcial, cada rotación, cada rebote, fue cayendo poco a poco del lado burgalés. Y al CB Zamora, por mucho que lo intentó, le faltó gasolina para competir de tú a tú.

El primer cuarto ya marcó el tono del partido: Burgos mandando y Zamora resistiendo como podía. A partir de ahí, los minutos fueron construyendo una diferencia insalvable. No hubo momentos de remontada, ni rachas que sembraran dudas en el Coliseum. Los zamoranos aguantaron, pero siempre a remolque, a un paso de esa pelea real por el partido que nunca llegó.

Aun así, hubo motivos para sacar pecho. Jordan Walker lideró el ataque (junto con Paukste, 14 puntos) con 12 puntos y dos triples que aportaron algo de oxígeno. Paukste, inconmensurable bajo los aros, capturó 12 rebotes en una batalla física sin descanso. También sumaron Hanzlik y Powell, ambos con 8 puntos, mostrando carácter y esfuerzo en cada acción.

El CB Zamora cae, sí, pero lo hace con dignidad, en uno de los escenarios más complejos de la categoría y ante un rival destinado a volver a la ACB. No hay tiempo para lamentos: la lucha por los puestos nobles sigue abierta y los de Saulo ya piensan en el siguiente reto. Porque lo importante no era este sábado. Lo importante es lo que viene.