Tras un buen primer cuarto y los priemros cinco minutos del segundo, el equipo desapareció de la pista y fue borrado por Cáceres. Las zamoranas, pese a tener todavía bastante encaminada la salvación, se complican su futuro y deberán puntuar ante Ferrol para no complicarse el final liguero.
Una de cal y una de arena da este Zamarat que juega a la ruleta rusa cada vez que salta a una pista. Tocó la mala imagen este viernes, en un mal partido de las zamoranas que, aunque comenzaron mandando en el electrónico gracias a Daria Mieloszynska, imparable en la primera parte, acabaron emborronando una buena semana.
El primer cuarto fue de claro color naranja, con Mieloszynska muy inspirada desde el triple, haciendo daño a las exteriores de Cáceres. El partido tenía buena pinta cuando Marina Delgado anotaba sobre la bocina el 16-24 con el que se llegaba al primer descanso.
En el segundo periodo la tónica sería bastante parecida en los primeros minutos, pese a que las extremeñas intentaban hacer daño en la pintura, la alero polaca del Zamarat seguía sumando en su cuenta particular y rompiendo un partido que llegaba a la diferencia mental del +10.
Ese momento fue el punto de inflexión, ya que el Zamarat no volvería a anotar hasta el descanso, secándose en ataque y permitiendo que Al-Qaceres, poco a poco, fuera limando la diferencia y yéndose al descanso 30-33, a un sólo triple del empate.
En la reanudación del partido, Marina Delgado fue la mejor de las zamoranas, con el apoyo de una Sandra Pirsic que se hacía vital en defensa ante un juego interior cacereño que hacía mucho daño. El Zamarat echó de menos la aportación ofensiva de Ylenia, Natalie Van den Adel y especialmente de Caroline Durbin, que no tiró a canasta en los nueve minutos que estuvo sobre el parquet; y comenzó a perder comba en el partido, llegando al periodo definitivo por debajo.
Los últimos diez minutos sivieron para que las locales aseguraran el encuentro y las zamoranas siguieran dando tumbos hasta que en los últimos minutos Pirsic otorgara algo de luz al ataque zamorano, aunque ya con el partido perdido.
