La biodiversidad y el estado en el que se encuentra el ecosistema del río Tera en las comarcas de Sanabria y La Carballeda estará vigilado de forma periódica por voluntariados que participan en un proyecto europeo sobre trucha común y turismo piscícola sostenible.
La Red Estatal de Desarrollo Rural (REDER) ha puesto en marcha una red de voluntarios fluviales encargada de vigilar de forma periódica el estado de salud de los ecosistemas fluviales del alto Tormes, en la provincial de Ávila, y en el río Tera, en Zamora. El programa es uno de los frutos del proyecto de voluntariado 'Trucha común y turismo piscícola sostenible', puesto en marcha por la red con el objetivo de convertir los entornos fluviales en motores de desarrollo local.
Como complemento a las diferentes acciones del proyecto, sobre todo de carácter formativo, divulgativo y de sensibilización, los voluntarios colaboran completando diferentes fichas de análisis de la situación del río diseñadas por el departamento técnico de REDER. Estos documentos recogen aspectos como la detección de condiciones extremas de turbidez, temperatura del agua, carencias de oxigenación u olores extraños, así como la calidad de la vegetación de ribera, las condiciones hidromorfológicas del tramo o las especies de fauna y flora presentes, autóctonas e introducidas.
También se refleja la presencia de bioindicadores, dando prioridad a los macroinvertebrados, y se establece un sistema de detección continua de posibles alteraciones del ecosistema. De este modo, las fichas recogen la presencia de residuos, vertidos, extracciones o modificaciones de caudal, así como el impacto de obras de ingeniería. Del mismo modo, se hace notar la presencia de furtivismo o de pesca abusiva dentro del ámbito de actuación del proyecto.
Las fichas son complementadas con un método más preciso de análisis, de forma que el cauce de ambos ríos va a ser custodiado por un grupo reducido de cinco voluntarios ribereños vinculados a su territorio, que han recibido una formación específica y que aplicarán esta metodología de análisis periódicamente, con el objetivo de que cualquier alteración que se produzca en el entorno pueda ser detectada al instante, y cause el menor daño medioambiental posible.
La iniciativa se enmarca dentro del programa de voluntariado en ríos de la Fundación Biodiversidad y el Magrama, y cuenta con la colaboración de los grupos de acción local ASIDER (de la comarca abulense de El Barco de Ávila y Piedrahíta) y ADISAC LA VOZ (correspondiente a la zamorana comarca de Sanabria). En el proyecto también participan la Asociación de Ribereños del Tormes y sus Afluentes, Artya, y la Asociación de Pesca de Sanabria.