Vísperas de la catarsis
Han estirado los músculos, se han oxigenado con el aire puro solamente roto por el tañir de los cencerros, han quitado los miedos y roto el nerviosismo. Los quintos de Sanzoles ya han salido a la calle, han comenzado el camino de la catarsis que mañana culminarán, han realizado con éxito las vísperas.
El Zangarrón es una tradición con buenas mimbres, arraigada a lo más profundo de los vecinos del municipio que desde que nacen, aún sin saberlo, lo llevan dentro. Cada año más gente se acerca a las vísperas a descubrir el sentir del pueblo, a observar a un Zangarrón que aún sin ataviar cumple su función, controlar a aquellos que tienen la necesidad imperiosa de molestar a los danzantes. Es es el juego, todo el mundo conoce las reglas y las respeta.
Jaime Salvador es el protagonista este año, mañana se vestirá con el ropaje tradicional y saldrá a la calle con el peso de representar al Zangarrón, una gran responsabilidad que tras realizar las vísperas cumplirá con creces. Junto a él están los quintos, Cristian Sánchez y Gonzalo de la Calle.
Cada año la tradición se embebe un poco más de modernidad y este año por primera vez los danzantes han podido entrar en la iglesia y además uno de los danzantes no es originario del pueblo, sino que viene con el ritmo en el cuerpo de Santo Domingo.
Mañana a las siete de la mañana dará comienzo la fiesta, los quintos ofrecerán las tradicionales sopas de ajo en la bodega del Zangarrón y después los danzantes saldrán bailando hasta las cuatro calles donde representarán el baile del "Niño", después irán en parejas a dar las Pascuas por el pueblo.
A mediodía tras la santa misa, los danzantes volverán a bailar y se realizarán las venias en la Plaza Mayor para acabar la función con la comida del mutis, tradición en la que los quintos y danzantes no pueden hablar durante toda la comida.