Más de 80 pescadores disfrutan de Calvoquedadas 2025 en Ricobayo
El embalse de Ricobayo, por la zona de Valdeperdices, ha sido el punto de encuentro de una nueva edición de Calvoquedadas, el evento de pesca deportiva que cada año reúne a más aficionados. En esta ocasión, más de 80 pescadores de diferentes provincias, como Madrid, Cáceres, Palencia y Zamora, se han dado cita para disfrutar de una jornada marcada por el buen ambiente y la pasión por la pesca. La actividad ha contado con participantes que usaron patos, kayaks o simplemente pescaron desde la orilla.
Durante la mañana del domingo 23 de marzo, los asistentes han tenido la oportunidad de capturar varias especies en las aguas del Esla, respetando siempre las normas de conservación y cuidado de los peces. Las condiciones meteorológicas han acompañado el desarrollo de la jornada, permitiendo que los pescadores demostraran sus habilidades y compartieran experiencias. Este encuentro, que año tras año sigue sumando adeptos, se ha convertido en una cita ineludible para los amantes de la pesca de depredadores en la provincia.
Tras la jornada de pesca, los participantes han disfrutado de un almuerzo en el que se sirvieron arroz y callos guisados, cortesía de Cárnicas Casaseca. La comida ha servido para reponer energías y fortalecer la convivencia entre los asistentes, quienes también aprovecharon para admirar el entorno natural del embalse de Ricobayo. La localidad de Manzanal del Barco ha sido testigo de esta reunión que, además de fomentar la pesca deportiva, impulsa el turismo en la zona.
Calvoquedadas nació en 2018 gracias a la iniciativa de un pescador zamorano que quiso promover la belleza del embalse y su entorno a través de la pesca. Con cada edición, el evento ha crecido en participación y relevancia, consolidándose como una de las reuniones más importantes del sector. La organización invita a más pescadores a sumarse en futuras ediciones, cuya convocatoria será anunciada en redes sociales y en la página oficial del evento. Este año, además, seis niños de entre 10 y 14 años han acompañado a sus padres, demostrando que la afición por la pesca sigue pasando de generación en generación.