Los pueblos de Zamora también celebran la Semana Santa aunque, en estos casos, las procesiones tienen lugar en Viernes de Dolores, Viernes Santo y Domingo de Resurrección.
No es tan ostentosa como la de la ciudad y en ella es más frecuente ver a la gente mayor. Son pequeñas procesiones caracterizadas por la austeridad pero que desprenden la misma emoción y el mismo recogimiento.
En las imágenes puede verse la procesión de Coreses, que en la noche de Viernes Santo recorre las principales calles del pueblo. Un Jesús Nazareno, un Cristo crucificado y la Virgen María son los tres pasos que reflejan el camino de Jesús hacia la Cruz y su muerte.
Todo ello acompañado de un silencio que solo se rompe por el relato de las estaciones de la Pasión y Muerte de Jesús recitado por las mujeres del pueblo.
Después de finalizar la procesión, se colocó un pequeño Cristo al que se adora con una genuflexión y un pequeño beso en la pierna en señal de respeto y devoción.