Valencia, pese al barro, la pérdida y el abandono, sabe cómo florecer incluso en medio del caos

Un mes después del fatídico día, la zona cero de la DANA mantiene colegios cerrados, establecimientos, farmacias, bibliotecas, colegios, e incluso el cuartel de la Guardia Civil. Todo es barro, todo es desolación y angustia por un encontrar un futuro que lleve a los habitantes a un bienestar que tardará muchos meses aún en llegar. La Navidad este 2024 será marrón en Valencia, sobre todo para los más de 110.000 afectados y como no para los cientos de familias que lo han perdido todo. Para los fallecidos y sus familiares todo nuestro respeto cariño y apoyo por supuesto. 

Estamos con Valencia porque son parte de nuestro país, porque tenemos amigos, familia y muchos conocidos que ahora necesitan de nuestro apoyo, nuestro abrazo sincero y nuestra ayuda. 

No olvidar lo que supone esta tragedia hace que la lucha continúe y haremos apología de todos los llamamientos de los habitantes de las zonas afectadas ya que claro está que no merecen el trato que se les sigue dando tras más de un mes de suplicio.

No llegan las ayudas, no hay forma de rehacer una vida que se ha visto truncada por la necedad humana, y por la falta completa de mirar por un pueblo que deja 230 fallecidos en una población aproximada de 110.000 vecinos. Unas cifras que habrá que comprobar ya que si se han ocultado fallecidos, la negligencia será mayor y aunque nadie ha dimitido está claro que ni sirven para gobernar ni para gestionar una desgracia de esta magnitud, que como dicen en Valencia si no sabes, te quitas y dejas a otro. Tras un mes la población sigue sufriendo los avatares de una burocracia nefasta.