Los platos sucios y la ropa se lavan en casa, no en el DE LUXE PÚBLICO, viva la música y los músicos

Airear y dar bombo a cosas que nunca debieron salir de casa, denunciar que con lo público no se juega sí,  pero cuando se trata de lo humano tampoco es muchas veces la opción de la pataleta lo acertado, ya que cuando no se hace lo que el sentido común pone de manifiesto, salen las cosas como están saliendo, mal.

Amigos de la BMZ y del Conservatorio, músicos y amantes de la música todos.

Que se vacile al AMPA, mal está, que se juegue con puestos de profesores y opciones de niños que solo quieren estudiar música también mal, pero que se aireen los "malos rollos" y o desavenencias entre unos y otros en un entorno como el de la Banda de Música Zamora no tiene sentido. Y esto lleva a un calificativo, mal, así no son las cosas y sobre todo cuando se trata de una institución que tiene más de pública, y de todos que de privada, y que de corral de gallinas nada, el prestigio que durante años se ha trabajado no se puede ir al garete por egos personales o por desavenencias que ni nos van ni nos vienen. 

Amigos de ambas partes, llegar a un acuerdo siempre es mejor que airear como si se tratara de un DELUXE PÚBLICO las "lindezas y desavenencias o cabreos" que pueda haber en casa, y más cuando se trata de la casa de todos donde el orgullo de escuchar a los músicos en procesiones y conciertos es cosa de Zamora y los zamoranos, sobre todo a los que defendemos con garras y dientes a los músicos de Zamora.

En el caso del Conservatorio todo cambia y las cosas que se manejan desde "palacio" esta vez van a un agujero que dejó paso a lo que podría ser un Conservatorio moderno con muchas opciones que ahora mala vela tiene.

Al fin y al cabo se trata de defender lo nuestro, a nuestros músicos y a nuestra música, la tradicional, la que surja, la clásica o la moderna. Nada más allá de lo que parece y aparece en estos días de revuelo tras la pandemia que parece que el virus se ha extendido eso si entre los que "manejan" los hilos de los que no aman la música sin jerarquías. 

Las aguas revueltas esta vez no son ganancia de nadie sino máster en desprestigio de una institución, ya sea la del Conservatorio o la de la Banda de Música de Zamora. Cabreo por tanto mucho, sobre todo para quien envía misivas y para quien interpreta mal, para quien airea y para quien hace del chascarrillo y la pataleta un absurdo.

Avenirse a razones, poner sentido común y sobre todo no pagarlo con los que no tienen culpa, los niños y los aprendices de músicos que lo que buscan son momentos de paz y de disfrute no de memeces y egos, y menos de intereses de mandatarios soberbios o de recortes encubiertos. Con la música, con la sanidad, con la educación no se juega o señores ¿ la pandemia nos ha vuelto locos a todos?