¿ Cuantos abuelos han de fallecer en la Residencia del Puente para que las autoridades intervengan?
Esa es la pregunta del millón o de la indiferencia. Y parece ser la segunda la respuesta al menos por parte de las instituciones, puesto que de los familiares y de los sanabreses no lo es, la lucha y la preocupación está a punto de pasar de estadio y llegar a la movilización, ya que las incursiones y las peticiones a través de los medios de comunicación parecen también resbalarle a las autoridades, estas que marcan protocolos y dejan al albedrío las necesidades de los vecinos, pacientes y damnificados por decisiones que ni Salomón tomaría.
Y será la que tendrán que asumir quienes no han dado, ni dan la orden de intervenir, por mucho que les pese y por mucho que vaya en contra de sus superiores si no quieren asumir más tarde unas críticas que serán fundadas, y que serán consecuencia de la indiferencia y la inacción de la más que probable muerte de alguno de los ancianos afectados por COVID-19 en la residencia del Puente.
Duras condiciones están asumiendo desde la dirección de la Residencia de la Virgen del Rosario en el Puente de Sanabria, duras y rayando la petición encarecida de ayuda a trabajadores socio-sanitarios titulados de Zamora y provincia y de otras para que acudan al socorro de la falta de personal y de profesionales en una residencia en la que casi el total de sus usuarios son positivos en COVID-19.
Calidad y necesidad hoy no son más sinónimos que antónimos, puesto que la falta de trabajadores del ámbito hace que no se pueda ni elegir. Solo con ganas de trabajar vale, como incluye en sus ofertas la dirección del centro que tiene a casi todos sus ancianos con positivo confirmado por PCR y no encuentra profesionales para realizar tareas ni de limpieza ni de auxiliar de enfermería en un centro que también pasa por problemas de suministro en equipos EPIS según confirman alguno de los nuevos trabajadores, un cúmulo de despropósitos que ayuda a pensar en la necesidad de una actuación a la voz de ya.
Problemas en equipos de protección, problemas a la hora de suministrar los medicamentos o de pinchar la eparina en muchos de los abuelos, problemas en la asistencia que tiene, y debe ser de 24 horas al día tanto en el aspecto médico como en el propio residencial y en estos días con más "inri" con profesionales sanitarios que sean capaces de paliar la desgracia en la que se ha metido este centro apartado de Sanabria y que ha sido modelo estos meses atrás. Al que era el más débil, el más fácil de proteger a nuestros mayores se les ha de tomar más que en cuenta, pero que al final ni un cosa ni la otra, ni protegidos ni ayudados. Cuando lleguen los tiempos de elecciones en los partidos políticos si se acercarán a llevarlos a las urnas, eso si.
Los profesionales en el centro de mayores hoy día brillan por su ausencia, en una residencia de titularidad Municipal pero cedida a un grupo de residencias de la provincia que intenta cubrir sus puestos de trabajo pero que a duras penas consigue llegar a los ratios que marca la Junta de Castilla y León que por no intervenir la Residencia será culpable de los posibles fallecidos que genere la pandemia en ese centro. Porque tanto las Consejerías de Sanidad como la de Familia tienen unas competencias y unos deberes que según el alcalde y los concejales del Ayuntamiento no parece que se estén cumpliendo, no se pueden hacer oídos sordos ante la petición de ayuda por parte del colectivo más débil, nuestros mayores.
El alcalde de Galende envía misivas a la Junta de Castilla y León para que decidan de una vez la intervención y entre la oposición se habla de caos en el Centro de Mayores que exigen que se intervenga inmediatamente puesto que las condiciones de los abuelos están rayando el caos y la indignidad.
En aquella calidad que se promete en los discursos políticos, en esa que deben tener los mayores en sus cuidados, y esa que le llena la boca a los políticos nadie piensa ahora, solo se piensa en librar y en que pasen los 14 días de cuarentena lo antes posible y quitarse de encima el problema de esta residencia que toda Sanabria sabe que tiene serios problemas de atención a los usuarios.
Veinticinco personas en el hospital Virgen de la Concha, en la quinta planta unidad COVID-19 que se va llenando poco a poco, y cuatro personas en la UCI. 68 afectados en la Residencia del Puente 39 positivos asociados a esos casos de la residencia más los que sigan saliendo o los que salgan ya de Sanabria y se vayan infectados sin saberlo a sus ciudades de origen, así se habrá generado una transmisión comunitaria que afecta ya también a los más pequeños, a que esperan para confinar la zona. Hoy los casos en la ZBS de salud sobrepasan los 80, datos que siguen sin cuadrar al no ser que las cartillas sanitarias de los PCR positivos no sean de Sanabria lo que estaría incrementando aún más el contagio en otras zonas, cinco abuelos ya hospitalizados en el Virgen de la Concha pero Sanidad solo observa, no interviene, Sanabria en el ojo de un huracán que quizá pase de largo pero entre tanto hace girar a todos con el miedo en el cuerpo y que marca a la comarca con un COVID al que hay que tener determinación para al menos pararlo.
Absurdo el mensaje de las instituciones, y autoridades sanitarias, si te hacen una PCR has de estar 14 días en cuarentena seas positivo o no, y más tarde se busquen salidas a la no intervención por culpa de la estadística y los ratios de población. 14 días sin poder trabajar y aislados en casa, ¿harán lo mismo con los profesores?
¿Quien cargará en su conciencia con la muerte de los abuelos sanabreses? ¿Cuando se pondrá límite al cúmulo de desastres en la Zamora vacía? ¿ Dejaremos que mueran como en tiempos de estado de Alarma, solos y sin calidad ni dignidad con el tapujo y la inacción de cientos de puestos directivos que ni dirigen ni solucionan? ¿ Dejaremos que pase de nuevo?
Cuando...sigamos preguntando y no actuemos y el desierto será una realidad en Sanabria, más tarde nos lamentaremos.