Opinión

Ya estamos, ya es

photo_camera "...nuestro Jesús, el de las manos siempre abiertas"...

"Zamora ya revive el milagro de su eterna primavera.En San Frontis el Nazareno ya ha tomado la Cruz, ya ha elegido el camino".

Ha pasado un año, doce lunas, un suspiro, y otra vez me veo aquí ante el ordenador, subiendo los previos de las procesiones de madrugada, haciendo esquemas en mi cabeza que nunca se cumplen porque en Semana Santa el tiempo deja de tener valor y todo se precipita y los días se juntan con las noches y los vivos pasean de la mano con los muertos por las calles que guardan nuestros pasos.

Así anoche mientras la ciudad velaba almas y plegarias, como inventamos en una noche igual mi amigo Javier y yo cuando compartíamos pasiones en La Pasión de Zamora. Y aunque todo es distinto, todo sigue igual. Y aunque el mundo evoluciona hay cosas inmutables como si quedasen atrapadas en el bucle de la memoria.

Regreso ahora a la ropa de estreno y las palmas doradas colgando en el balcón; a la niña que con tres años miraba a la cámara del viejo Trabanca después de su primera procesión; al revuelo de mantillas en El Pozo mientras Úrsula nos ponía guapas, a tantas procesiones y acera compartida con mis amigas de siempre, las que siguen a mi lado. La misa del Martes Santo, la comunión que tú y yo compartimos con el 'Venid a Mí'.

Regreso a la primera madrugada de Viernes Santo con mis primas, cuando descubrimos que la noche es casi eterna un día al año en Zamora; al primer Miserere con mis compañeros del Coro Sacro mientras Don Jerónimo sostenía en sus manos trescientas voces y miles de almas; al primer beso adolescente cuando pasaba por Doña Urraca el Cristo de la Buena Muerte; al chocolate con churros en el estudio de Flecha en las noches de Viernes de Dolores, cuando ya era todo reposo en la iglesia del Espíritu Santo.

Regreso a los balcones llenos de gente mientras pasaba el Cristo del Amparo bajo el arco; a la emoción de llevar a nuestro Jesús, el de las manos abiertas, sobre los hombros hasta la tierra donde duerme el amor; a ese despertar del Merlú que es el más bonito que se pueda imaginar en el mundo; al privilegio de haber anunciado con la palabra la Semana Santa de mi ciudad un Domingo de Ramos; a las horas de cierre imposibles con Vicente en el viejo Correo; a la escuela de vida de mis mayores, los de sangre y los de corazón, a quienes tanto respeto y quiero, historia y memoria.

Regreso a los balcones de La Golondrina y a los brazos de mi abuela cuando pasaba la Virgen de los Clavos; a los ensayos de la Salve en San Juan para despedir a la dulce Soledad; a la primera lluvia una noche de Viernes Santo mientras sonaba el órgano en San Vicente y Nuestra Madre nos acariciaba a todos; al pañuelo blanco de la Verónica sobrevolando la ciudad convertida en un amasijo de cruces.

De la mano del Nazareno regreso a San Frontis, al interior, al corazón de la Zamora de piedra, al silencio del Miércoles cuando pasa en majestad el Cristo de las Injurias; al latido de los bombos acompasando el sueño del Cristo de la Buena Muerte, a aquel primer baile de La Cruz una tarde de Jueves Santo sin saber entonces que en sus cimientos estaba el amor, tan grande; a Getsemaní sonando una mañana de diciembre. A la Despedida de rosas amarillas, al cántico y la esperanza de que la muerte no es el final si cada año la Resurreción es una fiesta en el patio de casa, un bosque de flores y miles de abrazos, la alegría de la vida, la primavera en lo alto.

Hoy cada uno regresamos a lo que amamos, a los que quisimos, a los que nos sostienen, a los que acaban de llegar. Regresamos al origen, a la tierra, a la fe según la calle, al sentimiento vivo de Dios vivo porque es Dios el que muere y resucita, el que se expande por todos los rincones de una ciudad pequeña hecha a su medida.

Dejadle pasar, abrid las puertas y ventanas, guardad limpios los ojos y el corazón. Zamora ya revive el milagro de su eterna primavera.En San Frontis el Nazareno ya ha tomado la Cruz, ya ha elegido el camino.

Ya estamos. Ya es.

(Para todos los que nos disponemos a vivir una nueva Pasión como si fuéramos niños. Estáis conmigo, en mí. Todo lo que soy está en vosotros. Buena Semana Santa)

 

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