Opinión

Pisotear la memoria de los muertos

Hay que ser muy cretino, muy tarado, muy enfermo para escupir insultos en las redes escondido en varias cuentas falsas y hacer después alarde de ello con tu identidad. Pero además hay que ser muy hijoputa (y me van a perdonar las señoras putas las primeras y los lectores después el lenguaje soez, pero es lo que me pide el cuerpo) para pisotear la memoria de los muertos, la lección de vida de un Guardia Civil zamorano, José Antonio Pérez, muerto en acto de servicio.

Ocurría en Barbastro y el suceso conmocionaba a esta ciudad en la que José Antonio Pérez nació y creció, cuyas calles pisó en su adolescencia, cuando pelaba la pava en el parque de San Martín como tantos otros, cerca de donde vive su madre, a la que le han arrancado un pedazo de corazón sin anestesia en vida. Para ella todo mi amor.

Un desalmado arrastró al zamorano 400 metros en un control de alcoholemia provocándole la muerte. El suceso es suficientemente horrible y cruel como para que a cualquier persona se le encoja el alma, para solidarizarse con el dolor de la familia, para mostrar los respetos a la Guardia Civil que se juega la vida cada día para proteger a los ciudadanos.

Pero no. Hay individuos que utilizan las redes de la forma más asquerosa y repugnante en que puede hacerse. Individuos que insultan, que vomitan sus miserias sobre los demás. Individuos que se alegran de la muerte del prójimo, como ocurrió con el zamorano, que perdió la vida intentando que unos niñatos drogados no matasen a otros conductores en la carretera. Individuos que se enfrentan a quienes, como Clara San Damián, lamentaba y denunciaba públicamente lo ocurrido. Bien por ella, que no quiso que quedase impune esa falta de respeto absoluta por la vida y por la dignidad de los demás y denunció. Bien por defender a quienes ya no tenían voz para hacerlo, por reconocer así la labor de la Benemérita, el cuerpo más valorado por los ciudadanos.

No. Insultar en las redes no puede salir gratis. Insultar en las redes no puede quedar impune. Por José Antonio Pérez. Por los guardias civiles que acuden a incendios, catástrofes naturales, sucesos, accidentes, violencia contra la mujer, asistencia en el medio rural, salvamento y tantas y tantas y tantas cosas en el día a día. Por los que pelan frío en la montaña, los que se sumergen en las aguas del río, los que rastrean desde hace días las orillas del Duero buscando a un hombre.

No. No puede salir gratis reirse de los muertos y de sus familias por pertenecer a un cuerpo de seguridad; no puede ser legal escupir sobre las personas, incitar al odio. A mí esa gente sin entrañas me da miedo.

El individuo en cuestión hoy ha sido detenido en Cigales. Solo espero que su delito no quede sin castigo y que sirva de ejemplo y cree jurisprudencia para quienes campan por las redes pisoteando la dignidad de los demás, vivos o muertos.

La libertad termina cuando coartas la libertad del prójimo, cuando le niegas su dignidad, cuando atentas contra lo más sagrado, que es la vida. Que así sea, por José Antonio, por todos los agentes muertos en actos de servicio y por quienes cada día hacen un poco más fácil la vida de los españoles, incluso a los individuos como el detenido hoy en Cigales.

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