Opinión

Cobrar en "negro"

photo_camera Ana Sánchez con su marido y padre de su hija, Luis. (Fotografía cedida por Ana Sánchez)

A Ana Sánchez un imbécil ha intentado atacarla con un comentario racista, un 'valiente' de esos que pululan por las redes escondidos en un nick. Ojalá todos cobrásemos en "negro" tanto amor.

No ofende quien quiere, sino quien puede. A Ana Sánchez, procuradora socialista en las Cortes de Castilla y León, un imbécil -por llamarlo de alguna manera- ha intentado atacarla con un comentario que va más allá de la política, de la educación, del respeto. Un imbécil, un cobarde anónimo de esos que pululan por los foros y por las redes sociales y las llenan de mierda en vez de sacar provecho de su maravillosa utilidad, de la cercanía y el calor que nos brindan.

Un imbécil anónimo, un valiente escondido tras un nick como todos los 'valientes' que se esconden  bajo un seudónimo para inocular su veneno a quienes ponen su cara, su nombre y sus apellidos por delante. Esos 'valientes' que, a falta de argumentos, atacan la vida privada de las personas, que es sagrada. Personas públicas que tienen todo el derecho a preservar su intimidad y a defender a su familia con uñas y dientes si necesario fuera. Es una pena que pongan la tecnología inteligente al servicio de estos imbéciles, de estos miserables.

A Ana Sánchez un imbécil le ha dicho que cobra en "negro", en alusión a su pareja y padre de su hija. No se trata de un problema ideológico, no. No se trata de rosas ni de gaviotas, de morados o verdes, de arcoiris o naranjas. Se trata de un ataque gratuito, racista y xenófobo a una persona, a una mujer que ocupa un cargo público porque ha sido refrendada por miles de votantes. Insultar sus siglas es insultar a sus miles de votantes.

Atacar la intimidad de Ana Sánchez es atacar a todos sus amigos, a su familia, a su pareja, a su hija, a quienes la queremos y a todos aquellos que creemos en la igualdad del hombre por encima de colores, religiones, culturas y pensamientos. En la libertad y en la dignidad; en los derechos fundamentales de cada uno.

A este imbécil hay que explicarle que Ana Sánchez no cobra en "negro". Que amor con amor se paga y que Ana recibe amor con luz y taquígrafos, sin esconder su cuenta abierta de por vida, su declaración permanente cada mañana, cada noche. Que en pago a su amor ha recibido un tesoro que no oculta en cuentas B, porque es su carne y su sangre; una chocolatina para comérsela entera que por fortuna no crecerá en los prejuicios del imbécil que ayer intentó atacar a su madre y a su padre.

Ana Sánchez no cobra en "negro". Porque la dignidad, el respeto, la tolerancia y la libertad no saben de colores, ni de pagos, ni de cifras. Y en ese reducto, en ese pequeño paraíso, ha excavado cada día Ana Sánchez los pilares de su familia, de su vida, de su alegría, de su paz.

Ojalá todos pudiésemos cobrar en "negro" tanta ternura, tanto amor.

(Para Ana, Luis y Ana Ilsen)

 

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