Jacobo señala el camino
Un gol del gallego en su tierra, en su casa, justo cuando el Zamora más sufría porque se habá quedado con 10 jugadores por expulsión de Javi Ramos, le da tres puntos a los rojiblancos que le permiten acariciar la salvación cuando todavía restan 11 jornadas para el final de liga.
La épica va muy ligada a la historia moderna del Zamora CF. Aquel gol de Curiel al Castellón o el de Aiert al Sevilla Atlético. El gol de Senel en Linarejos o ese tanto de Iván García que permitiía soñar en Vallecas. La magistral falta botada por Agustín en Huesca o esa de Nacho Matador en Mieres. El gol de Jacobo frente al Ourense, el de Javi en Inca, el de Granada en Villanueva de la Serena y el último gran gol, el de Miguel Santos en Ourense.
Porque este equipo de ganas de luchar va sobrado, y ese fue el principal arma para derrocar al Celta "B", un filial herido en la clasificación y en la moral tras el 6-0 encajado en el Ruta, que quiso crecer desde atrás y llevarse tres puntos que le sacaran de la promoción de descenso.
No fue un mal partido del filial celeste, que quiso mandar desde el inicio, que quiso buscar la portería de Imanol y que obligó a este a hacer dos paradas en la misma jugada, y a Ramiro Mayor a salvar una buena jugada en los primeros compases del partido. Y es que los vigueses entraron mejor en el encuentro que los rojiblancos, que repetían alineación pero no pudieron tener el inicio fulgurante mostrado ante el Compos.
El Zamora se fue soltando con el paso de los minutos, buscando a Jorge, referente ofensivo del equipo, y empujado por los cuatro de atrás, cuajando de nuevo un gran partido desde el inicio, un partido en el que volvieron a dejar la puerta a cero. Pero el equipo de David de Dios pilló a los rojiblancos en una contra y javi Ramos tuvo que ir al bulto, a jugársela. Salió cruz. El central rojiblanco tocaba al delantero celtiña y veía la roja directa en el minuto 20 de partido. El Zamora tenía que recomponer el equipo y Hugo Aguado era el sacrificado para dar entrada a Garretas.
Jorge Hernández pasó a realizar la labor de extremo, a ayudar a un Alberto Prada infatigable hasta el minuto 90, y Dalmau se convirtió en el único estilete ofensivo, en el hombre obligado a buscar balones largos, bajarlos, controlarlos y permitir salir al equipo, Dalmau tenía que hacer olvidar a Montero. Y lo consiguió mientras las fuerzas le dieron para ello, hasta el minuto 80 de partido cuando el físico se le agotó.
Se la jugó el entrenador local con un doble cambio ofensivo, intentando encerrar a un equipo que, creía, que iba a replegarse y a buscar la contra. Pero el Zamora no se amedrentó y cuando peor estaba el panorama, Aarón robó un balón en el centro del campo y se la pasó a Jorge, que consiguió que el tiempo se detuviera mientras los rojiblancos olían sangre. parecía que la oportunidad se desvanecía cuando el repliegue de los gallegos cerraba los pases a Aarón y a Dalmau, pero Jorge había visto la llegada de Jacobo Trigo por la banda derecha, se la dejó dulce para pegarle y éste aceptó la invitación para batir al cancerbero y adelantar al Zamora.
El guión de la segunda mitad fue el mismo que el de los primeros 45 minutos. Los rojiblancos seguían castigando los fallos locales y el equipo celtiña no era capaz de hacer daño a la portería de Imanol, con poco trabajo gracias a la labor que cuajaron Garretas y Ramiro, acompañados por Prada y Santos. Fue entonces el momento de Ochoa, el mariscal del equipo. Se echó a sus compañeros a la espalda y empezó a mover juego, a dar la pausa necesaria para que las ocasiones sólo tuvieran color rojiblanco. Primero fue Aarón el que tras un gran pase de Jorge Hernández la estrelló en la cruceta, después fue Jacobo el que encontró madera en un gran testarazo.
Esparza y D Biase fueron los dos recambios de Aguirre para darle aire al equipo, y el extremo tuvo en sus botas el 0-2 en un mano a mano con el cancerbero local que le acertó la intención y desbarató la oportunidad. El paso de los minutos lo acusó el equipo de Aguirre, y pasó los últimos minutos achicando balones en su campo.
Los celtiñas fueron incapaces de aprovechar ninguna de las ocasiones que tuvieron y los tres puntos se vinieron para Zamora en un partido en el que los rojiblancos demostraron que este equipo quiere aspirar a algo más que a la salvación.