El Zamora se lleva un regalo por Navidad (1-0)
Los rojiblancos tuvieron más puntería en una de las pocas ocasiones que generaron los dos equipos y la dupla Arkaitz - Gavilán volvió a resolver el partido y darle tres puntos a los zamoranos para acabar un 2014 en el que el conjunto zamorano volvió a disfrutar del fútbol.
Fue un partido aburrido para el espectador, frio como la noche que caía sobre Zamora y frio como la grada rojiblanca, que no despertó hasta mediada la segunda mitad, coincidiendo quizá con los minutos de mayor dominio de los rojiblancos. Fue un partido muy peleado, algo para lo que acompañó el estado del Ruta de la Plata, muy blando, propiciando álgunas pérdidas de balón en jugadas fáciles.
Era un partido de pizarras y ambos entrenadores sabían muy bien que es lo que debían hacer para no perder el partido, por eso en ocasione llegaban los pitos de los aficionados rojiblancos o de los 50 animosos burgaleses que se acercaron a la tierra del Duero. Quería más el balón el Burgos pero lo hacía con un dominio baldío aunque su centro del campo, más poblado que el de los locales, era superior.
Fue esa zona, el centro del campo, la que provocó cambios en la alineación de Aguirre. La dupla Cristian - Rodri fue sustituida por Kurbus - Rivas, quedando Cristian fuera de la convocatoria y Rodri en el banquillo. Aguirre buscó mayor presencia defensiva y controlar al trivote burgalés, punto fuerte del equipo castellano.
La primera parte pasó con mas pena que gloria, con pequeños acercamientos de los dos equipos pero sin gran sensación de peligro a excepción de una parada de Cantero a tiro de Cristian.
Para la segunda mitad el Zamora tenía reservada una versión ligeramente superior a la del Burgos, especialmente a la contra donde por fin encontró espacios para correr con Aarón entre líneas y el gran trabajo de Carlos de la Nava y Manu Gavilán. Arkaitz, aunque menos importante en el segundo tiempo, fue el hombre clave para que llegara el gol cuando en una galopada tras saque de Cantero venció a su par y puso un centro medido a la cabeza de Manu Gavilán que este remataba de forma inapelable al fondo de las redes.
Y ahí el Zamora mató el partido, supo dar aire fresco con la entrada de Fran Ochoa y perder tiempo cuando fue necesario, como un equipo joven pero ya muy maduro que tiene la lección aprendida. Se asentó atras y se encomendó a la labor impoluta de la defensa, especialmente de Jesús Garretas y Dani Mateos, dos de los más destacados del último mes.