El Tartiere es tierra conquistada

El club rojiblanco asalta por primera vez en su historia el Carlos Tartiere, vence al líder y corta la racha de siete victorias consecutivas de los ovetenses en su feudo gracias a un gol de Manu Gavilán y al gran trabajo defensivo de los hombres de Aguirre.

El Zamora, como los guerreros que siguieron a Viriato a luchar por su tierra, se pertrechó y se juntó, lejos de su portería, manteniendo la distancia con Cantero para que este no sufriera, igual que mantenían sus batallas intentando alejar al conquistador de sus gentes. Cerró líneas, demostró que la intensidad defensiva que ya demostraran los de Aguirre el pasado año en el Tartiere se mantenía este año pero que no iba a renegar de tener el balón cuando pudiera.

En el otro bando, el invencible Real Oviedo, el que llegaba al duelo con siete victorias en siete compromisos, sacó a todas sus huestes a la batalla, sin reservar para el encuentro copero y aunque en los primeros minutos adoleció un poco de la garra que había demostrado en anteriores compromisos, dominó el balón e intentó, sin prisa, romper la barrera rojiblanca.

Se enfadó el Tartiere cuando cayó en el área Linares, pidiendo penalti, aunque no lo pareció por las escasas protestas de sus compañeros de equipo y fue esa la mejor ocasión de los carbayones en la primera parte en la que pese a tener el monopolio del balón, no intimidaron a Cantero, muy bien perpetrado por sus diez compañeros.

El Zamora, a la contra, buscaba crear algo de peligro que le diera aire y en la más clara que tuvieron los de Aguirre, en un tres para tres, Arkaitz Ruiz le dejó el balón en bandeja a Manu Gavilán para que este consiguiera enmudecer al Carlos Tartiere.

El gol fue un lastre para el cuadro local y un golpe maestro de los rojiblancos que, con quince minutos por disputarse de la primera parte, se reafirmaron en su propuesta de juego y dominaron, adelantando líneas, a un conjunto asturiano que no encontró su fútbol en los primeros cuarenta y cinco minutos.

En la segunda mitad el líder de la categoría tocó a arrebato y quiso que no pasara ningún segundo sin que los rojiblancos sintieran el peso del Tartiere y al Zamora le tocó recular y acercarse a Cantero, perdiendo parte del peso ofensivo que habían tenido en la primera mitad. Cervero, el que fuera el verdugo de los rojiblancos en la última derrota de los de Aguirre, entró por un Sergio García que había sido de los mejores dentro del cuadro carbayón.

Empezó entonces el acoso carbayón frente a un Zamora CF que aguantó los primeros minutos del empuje de los asturianos con mucha calma aunque Cervero y Linares, pichichi de la categoría, comenzaban a encontrar remates cerca de la portería zamorana.

El paso del tiempo obligó a los de Aguirre a encorsetarse cerca de su área y aunque los cambios fueron en puestos de ataque, con Sergi Mut y Salva Rivas entrando por los dos delanteros iniciales de Aguirre. Las ocasiones de los azulones comenzaron a sucederse con asiduidad y tuvo que aparecer la mejor versión de Cantero para tapar tres disparos que se colaban en su portería.

En el minuto 85, cuando el Zamora ya pedía la hora, Linares se colaba delante del portero y se ayudaba de la mano para controlar antes de marcar gol. El colegiado veía la jugada y anulaba el disparo que celebraba ya todo el estadio ovetense. Con el 0-1 todavía en el marcador, pudo sentenciar un Zamora encerrado que no encontraba aire para salir de su campo. Dani Mateos le ponía una balón largo a Coque pero el peso de los minutos y del trabajo hacía que el ex gualdinegro no pudiera irse de su par y tuviera que aguantar la pelota en la que sería la única ocasión de los zamoranos en el segundo tiempo.

El colegiado añadió cuatro minutos de descuento y Aguirre hizo la última permuta dando entrada a Ochoa por Rodri para perder algo de tiempo y poder salvar los tres puntos. El Zamora siguió pertrechándose en su campo, intentando que pasara el tiempo que quedaba y que se le hacía tan largo a los rojiblancos como corto a los azulones. El tiempo de descuento pasó sin grandes ocasiones, con un Zamora muy sólido que supo frenar las últimas acometidas del líder y que acabó festejando en el centro del campo una victoria épica.