Vecinos de Jambrina se manifiestan en Zamora contra las plantas de biogás y la falta de apoyo de la administración
Bajo el lema “Zamora despierta, la mierda está en tu puerta” los jambrineros y jambrineras critican, una vez más, el abandono e invisibilización del mundo rural y sus gentes
Este sábado, día 22 de febrero, se ha celebrado en Zamora capital una manifestación que congregó a unas 150 personas, convocada por la asociación “Biogás, así no - Jambrina lucha”, en protesta por las dos plantas de biogás proyectadas en parcelas muy próximas al municipio de Jambrina.
Impotentes ante la tramitación de estos dos proyectos y la falta de apoyo por parte de la administración, los vecinos de la localidad se han visto obligados a volver a salir a la calle.
Aunque la administración no les haya tenido en cuenta hasta ahora ellos seguirán alzando su voz para hacerse escuchar. Su objetivo es que se paralicen estos proyectos, al menos hasta que no se apruebe un marco regulatorio adecuado y adaptado tanto al biogás como a los pueblos donde se quiere implantar.
La marcha comenzó y finalizó su recorrido en la Plaza de la Marina Española, deteniéndose frente a la Delegación de la Junta de Castilla y León, por ser la administración que tramita la evaluación ambiental de estos proyectos. Allí un representante de la Asociación, así como el propio alcalde de Jambrina quien, junto al resto de integrantes del ayuntamiento respalda la oposición a los proyectos, leyeron un manifiesto que detallaba algunas de las razones para esa negativa.
Estas dos instalaciones, que en un principio procesarían, entre ambas, 200.000 toneladas de residuos, de origen en su mayoría ganadero, ya tienen previstas ampliaciones como se puede ver en la página web de Ecodualba, promotora de uno de los dos proyectos.
Pese a que las plantas estarían situadas dentro del término municipal del vecino pueblo de Peleas de Abajo, cuyo ayuntamiento se posiciona a favor de estas, los principales damnificados serían los jambrineros y jambrineras.
Desde Jambrina consideran como impactos negativos: la cercanía al casco urbano, el incremento del tránsito de vehículos pesados, su localización desfavorable a los vientos dominantes que arrastrarán malos olores, … También argumentan la falta de necesidad de este tipo de instalaciones en su pueblo, pues la carga ganadera no es alta, siendo otra de las preocupaciones el consecuente aumento de esta por el efecto llamada a la también poco deseada ganadería industrial