Roberto Riego, cuando los espacios tienen nombre
El diseñador de interiores zamorano imprime a sus proyectos un sello personal en el que combina la vanguardia y el clasicismo que han despertado el interés en países como Italia o Inglaterra.
Nació hace 39 años en Zamora en un parto gemelar y se define como "un zamorano loco y apasionado del diseño que en 2008 decidió intentar vivir de su hobbie". Es Roberto Riego, cuya firma va ligada al diseño de interiores más espectacular en numerosos espacios de la provincia y de la Comunidad y cuyos trabajos ya han despertado interés en países punteros como Italia o Inglaterra e incluso en México.
Viste como diseña: a caballo entre la vanguardia de unos pantalones rotos en las rodillas y ajustados a sus piernas y el clasicismo y la elegancia de una chaqueta y una camisa impecables con pañuelos imposibles propios de Morante de la Puebla.
Zamorano con una vida "normal" -hijo, hermano, marido, padre, amigo, cachorro de pañuelo verde en la madrugada del Viernes Santo con sus Marías y jugador aficionado al fútbol- es un claro ejemplo de que a veces los sueños se cumplen con dedicación, empeño y un talento innato para transformar y crear espacios para el siglo XXI. Que es posible trabajar desde una buhardilla-estudio en Zamora y que ese trabajo sea visible en todo el mundo.
"El diseño era para mí un mundo desconocido -afirma- pero dentro de mí afloraban ideas y las iba plasmando". Lo que empezaron siendo diseños de regalo para los amigos tomaron mayor envergadura y comenzó a diseñar espacios en Zamora y Salamanca en sus ratos libres hasta que "llegó un punto en que mi familia y sobre todo María me apoyaron mucho y me animaron a que diese el paso ya, a que me dedicase profesionalmente a ello".
Los comienzos fueron duros, nadie le ha regalado nada. "Cuando acababa mi trabajo iba por los estudios de los arquitectos a dar tarjetas y algunos ni miraban mi trabajo". Después, poco a poco, sus diseños comenzaron a imponerse y dio el salto a Madrid, donde acaba de diseñar una tienda de zapatos en la Milla de Oro del comercio, la calle Serrano.
Viviendas, locales de ocio y comerciales, bares de copas, establecimientos de alimentación, jamonerías... nada escapa de su visión vanguardista y personal de las cosas, por puro instinto, talento en vena. "Una de mis premisas - afirma- es guiarme por mi intuición, sin hacer caso a la lógica, hasta el punto de que profesores de varias universidades se han puesto en contacto conmigo para saber cómo trabajo y estudian proyectos míos con sus alumnos".
A pesar de lo versátil de sus proyectos, Roberto Riego procura que cada diseño lleve una marca personal que permita reconocerlo. "Aunque hay una constante evolución en los materiales en estos años -señala- intento que la línea de diseño sea igual, muy vanguardista, conjugando lo modernos con lo clásico, también lo industrial,pero sin renunciar a lo que es cada cosa. Que la gente vea y pregunte, que identifique el toque de Roberto Riego. Hay que intentar diferenciarse de los demás, tener un estilo propio".
Numerosas viviendas y lofts, locales punteros con diversos ambientes como el 'Llámame Lola' -donde se realiza esta entrevista-, el Époka de Benavente, el restaurante Libertén, el Hiroko, La Parrilla, las vistosas tiendas de Embutidos Ballesteros, diversas jamonerías de Guijuelo y en el recientemente inaugurado mercado de Valladolid, Brite Shoes en la calle Serrano y numerosos proyectos abiertos avalan el trabajo del zamorano, que crece día a día. "Ahora mismo he rematado una vivienda, acaban de inaugurar el Isabella ... he entregado en dos meses seis proyectos".
Proyectos que él mismo supervisa a pie de obra, hasta el punto de que este año ha dirigido a más de 300 profesionales de la carpintería, la iluminación o la ebanistería, entre otros. "Procuro cuidar hasta el último centímetro de mis obras -destaca- y también a veces diseño los muebles. Una vez me llamó una casa italiana interesada en algunos de mis diseños y eso me dio mucho ánimo, porque Italia es la cuna del diseño".
En cuanto a la importancia del diseño, Roberto Riego es consciente de que "hoy por hoy es una parte fundamental en imagen e ingresos para los negocios", hasta el punto de que afirma: "Si mi paso por un negocio no supone un incremento del 20% en presencia y ventas, algo habré hecho mal. También depende de un buen producto y un buen servicio, pero todo entra por los ojos y todas las generaciones se guían hoy día por el diseño".
En esa lucha de abrirse mercado y después de un proyecto fallido en Méjico, Roberto Riego se dispone a cruzar el océano con proyectos en Inglaterra que se están gestando en estos momentos. Algo que parecía casi imposible hace apenas ocho años, cuando repartía tarjetas después de trabajar y algunos no se molestaban ni en mirarla. Unos cuantos hoy han trabajado ya con él.
Galería de FOTOS (Marcos Vicente)