El mítico Blumen reabre sus puertas: el regreso de un clásico zamorano
Zamora recupera esta semana un pedacito de su historia hostelera con la reapertura del mítico Bar Blumen, todo un símbolo del tapeo, las cañas bien tiradas y las sobremesas eternas en la zona de Cardenal Cisneros y el campus universitario.
El Blumen no era solo un bar: fue durante décadas un punto de encuentro entre generaciones de militares del Cuartel Viriato, estudiantes, vecinos del barrio y nostálgicos de aquella época donde la barra era el lugar desde el que se escribía la historia de lo cotidiano. En los años dorados de Ramsés II –aquellos en los que todo parecía más sencillo y más auténtico–Guadalupe, su alma máter, sostenía el negocio con carácter, carisma y calidez. A su lado, Pepe, el segundo de los hermanos Martín, fue la cara amable y servicial que completó el tándem perfecto durante años, si bien toda la familia colaboró en aquella aventura de inmigrantes cuando Lorenzo retornó a España después de duros años de trabajo.
Tras el fallecimiento de Guadalupe, y la jubilación de Pepe, el bar cerró sus puertas dejando tras de sí un hueco importante en la memoria sentimental de muchos zamoranos.
Hoy, con nueva gestión pero con el espíritu intacto, el Blumen vuelve con aires renovados pero con el mismo propósito: ser ese lugar donde las historias vuelven a empezar. Una buena noticia para la ciudad, para el barrio y para los que creen que algunos bares nunca deberían desaparecer. La reaparición del Blumen llega en un momento óptimo: la ciudad recupera su ritmo tras la pandemia, la hostelería local vuelve a latir y los zamoranos buscan refugios cotidianos para el buen café y la charla relajada. Esta reapertura no solo es un acto comercial, sino una victoria simbólica: un bar que rebrota, una clientela fiel que regresa, la ciudad que recobra un rincón que creía perdido.
Bienvenida con historia
Para celebrar el nuevo comienzo, el equipo del Blumen prepara una semana de eventos: vermú especial, barras ampliadas, noches de pinchos creativos y precios accesibles. Pero más allá de la agenda, lo que verdaderamente cuenta es el reencuentro: los viejos parroquianos que vuelven, los jóvenes que descubren el lugar, el alma intacta bajo un nuevo nombre gestionado con ilusión.
Un mensaje para la ciudad
“Este bar es vuestro”, dicen los nuevos responsables. Y lo dicen sabiendo que, cuando se cierra un negocio emblemático, se pierde un trozo de ciudad. Hoy, el Blumen abre y recupera ese trozo. En una provincia donde abrir un bar sigue siendo un acto casi heroico —como lo demuestra la crónica de otros pueblos zamoranos que luchan por sostener el café local—, el regreso del Blumen merece ser celebrado, esta tarde de sábado a las 20:00 se hará realidad.