La Virgen de la Saleta vuelve al culto en San Andrés

La Virgen de la Saleta vuelve al culto tras cuarenta años en la clausura de Las Claras

Hoy se clausura en La Encarnación la exposición sobre la obra de Ramón Álvarez

La Virgen de la Saleta, realizada por Ramón Álvarez en 1870, será trasladada a la iglesia de San Andrés para su recuperación al culto, una vez que hoy sea clausurada en la iglesia de La Encarnación la exposición sobre la obra del imaginero con motivo del 125 aniversario de su fallecimiento. La Virgen, una imagen de gran belleza, vuelve al culto de forma pública tras permanecer durante cuarenta años en la clausura de Las Claras.

Según informa el Obispado, las imágenes de la Virgen de la Saleta y los dos pastores, encargadas al imaginero Ramón Álvarez en 1870 por la asociación de fieles que veneraba esta advocación mariana, pasaron en 1971 de la iglesia de la Concepción –donde recibían culto– al convento de las Claras, tras los primeros derrumbes en el edificio que hoy ocupa la Biblioteca Pública.

Aunque el traslado se consideró una solución provisional mientras el Obispado procuraba un nuevo lugar de culto, las tres imágenes han permanecido desde entonces en la clausura de las Clarisas, siendo expuestas únicamente durante la celebración del Triduo –17, 18 y 19 de septiembre– que han seguido celebrando las religiosas.

Tras la clausura de la exposición en la iglesia de la Encarnación para conmemorar el CXXV aniversario de su autor, la Delegación Diocesana para el Patrimonio y la Cultura, junto con el Seminario Menor San Atilano, a instancias de un grupo de fieles, han considerado oportuno devolver el grupo de la Virgen de la Saleta al culto. Las tres imágenes estarán expuestas a partir de ahora en la capilla de San Nicolás de Tolentino en la iglesia de San Andrés.

El viernes 23 por la mañana las imágenes serán trasladadas al templo, y a las 20 horas se procederá a la entronización y puesta al culto de la Virgen María. Antes, a las 19 horas el Seminario San Atilano acogerá una mesa redonda sobre las apariciones que motivaron esta devoción, el grupo escultórico de Ramón Álvarez y el grupo de fieles que promueve su culto.

La aparición

El 19 de septiembre de 1846 la Virgen se apareció a dos niños, Maximino Giraud y Melania Calvat (hoy beatificados), que pastoreaban el ganado en los montes de La Salette, en los Alpes franceses. Según el relato posterior de los niños la Virgen surgió como un rayo de luz, llorando, sentada sobre una piedra. La Bella Señora, como ellos la llamarán, era de gran estatura y vestía como las mujeres de aquella región: falda larga, un gran delantal a la cintura y pañuelo cruzado. En su cabeza brillaba como un haz de luz una diadema. Sobre sus hombros pesaba una gran cadena y portaba en su pecho un crucifijo con un martillo a un lado y unas tenazas al otro, signos de la Pasión de Cristo.

El mensaje que la Virgen transmitió a los dos pastores fue un mensaje de reconciliación ante la pobreza espiritual y material y las injusticias de la sociedad de la época. En palabras de San Juan Pablo II en el mensaje del monte de la Saleta la Virgen exhorta a renovarse: "La Saleta es un mensaje de esperanza, puesto que nuestra esperanza se apoya en la intercesión de la Madre de los hombres".

El 16 de noviembre de 1851 la aparición fue aprobada por el obispo de Grenoble, Filiberto de Bruillard, y en 1870 se consagró la basílica de La Salette, levantada sobre el lugar de la aparición. Ese mismo año será coronada canónicamente la imagen de la Virgen de la Saleta de la basílica por mandato de la Santa Sede.

La devoción a la Virgen de la Saleta llegará pronto a España y se extenderá por diversas provincias alcanzando cierto auge a lo largo de la segunda mitad del siglo XIX y primeras décadas del XX. En Galicia se asentarán los Misioneros de la Saleta, levantando un Santuario en Siador-Silleda (Pontevedra) en 1864.

Llegada esta nueva advocación de la Virgen María a oídos del entonces obispo de Zamora, Bernardo Conde y Corral, encargará pronto la divulgación de esta devoción popular en la Diócesis. El 27 de septiembre de 1868 se erigió en Zamora la asociación de fieles de la Virgen de la Saleta, promovida desde sus inicios por buena parte del clero local, y con sede en el antiguo convento de la Concepción, hoy Biblioteca Pública.

El 27 de mayo de 1870 dicha asociación firmó con el imaginero local Ramón Álvarez Prieto el contrato para la hechura del grupo de la Saleta en imágenes vestideras. Allí estuvo expuesto al culto, hasta que a mediados del siglo XX, ante el estado de ruina de la iglesia fue trasladado al convento de Santa Clara de forma provisional hasta encontrarle otro lugar de culto, momento que tendrá lugar ahora.

Ramón Álvarez

La exposición que hoy se clausura se complementará con la edición de un libro que consta de dos partes, una escrita por el delegado diocesano de Patrimonio, historiador e investigador José Ángel Rivera de las Heras, y la otra del también historiador José Andrés Casquero.

Además, dentro de los actos del 125 aniversario del fallecimiento de Ramón Álvarez, también se ha programado una salida en procesión extraordinaria de la Virgen de la Soledad que tendrá lugar en octubre. Así, la venerada imagen saldrá de la iglesia de San Juan hacia la Catedral, donde tendrá lugar una misa de Acción de Gracias, para retornar al templo de partida.