La escuela de Carmen Ledesma ahora baila funky
Luces, calentamiento muscular y... ¡a bailar! A bailar funky. Es lo que hacen casi una veintena de jóvenes de entre 13 y 21 años en la escuela de baile de Carmen Ledesma.
Chicas y también chicos, tan solo dos, con muchísimas ganas de aprender a bailar diferentes estilos musicales urbanos o de perfeccionar su técnica aquellos que ya lo habían probado otras veces. Y otro chico, el profesor Alexis Alonso, que es quien lleva la batuta y marca el ritmo de las clases durante las dos horas en que los cuerpos no paran de moverse sobre la base del hip hop, el dance hall o el waacking, para "diferenciarlos" del propio funky, que es un "término muy general" sobre el que, en principio, está enfocado el taller.
El nivel del curso es el de principiante, empezando "bajo mínimos", confiesa el profesor, pero reconoce también que, al tratarse de un taller intensivo, intenta impartir un nivel un poco más alto para que los alumnos se motiven y puedan sacar más de sí mismos en el poco tiempo que compartirán bailando.
Otros que ya estaban iniciados en esto del baile urbano, como Gus Hernández y Chesco, los únicos dos alumnos varones del curso, coinciden en que están perfeccinando su técnica durante las clases, además de aprender distintos estilos. Están de acuerdo también en que, para próximos talleres, más gente debería animarse a aprender a bailar porque "falta hace", dicen.
A la hora de bailar estilo urbano "es muy importante la intención que le quieras poner, lo que quieras darle al público", dice el monitor. El 17 de agosto en la plaza de La Marina van a exhibir todo lo que han aprendido en una master class y, para Alonso, en la calle "todo es más divertido; con los nervios, la emoción es diferente". Ese día los pupilos de este taller que se imparte dentro del Verano Cultural tendrán la oportunidad de sentir en su piel la adrenalina de bailar en la calle y de ejercer como profesores para los zamoranos que se animen y se atrevan a seguir sus movimientos.
Y las paredes de la escuela de Carmen Ledesma, que están acostumbradas a vibrar con los sones de la música flamenca, ahora lo hacen con el sonido del funky y demás estilos urbanos. Y donde normalmente los pies danzan con el baile español, ahora saltan con el estilo urbano.
Lucía Fidalgo, que lleva bailando flamenco bajo las órdenes de Carmen Ledesma desde que tenía 5 años, cuenta que las diferencias entre una danza y otra son notables. "La danza española y el flamenco son bailes más estilizados". Así que, a la hora de cambiar de baile, "cuesta más hacerse con el estilo, el rollo de pillar los nuevos pasos", dice.
La propia Ledesma afirma que la técnica de una y otra danza es muy diferente, "los movimientos son totalmente distintos". Todos deberíamos empezar por aprender ballet clásico, dice Ledesma, porque su técnica es para "controlar el cuerpo" y, a partir de ahí, "descomponerse" hacia los diferentes estilos de baile. También afirma que aquellos que ya sabían bailar flamenco aprenden los pasos con mayor facilidad que una persona que no ha bailado previamente.
Quien emplea su verano para aprender, sea lo que sea, es porque está interesado en ello. Y, en este caso, el profesor está gratamente sorprendido por la atención de sus alumnos. Al principio, las clases estaban también dedicadas a conocer algo de teoría sobre los estilos de baile que iban aprendiendo y, para asombro del monitor, " ponían intención por saber distinguirlos". En lo que se refiere al desarrollo corporal, el avance "se nota desde el primer día", cuenta Alexis Alonso.
El último examen de estos aprendices de bailarines tiene fecha y lugar: el 17 de agosto en la plaza de La Marina de Zamora, los zamoranos "y todos los que estén por allí" tendrán la ocasión de ponerles nota e inlcuso de unirse a ellos. Carmen Ledesma espera que los que hoy son alumnos sean los "futuros profesores de funky" en próximos cursos.